EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

sábado, 5 de abril de 2014

EL HOMBRE DIVINO: ARQUETIPO PERFECTO (3ª PARTE)

El Hombre Divino u Hombre Nuevo es el Arquetipo perfecto, porque reúne en él todas las potencias sublimes que el ser humano puede realizar. No es un símbolo, aunque todo en él es símbolo de sus perfecciones, es un Arquetipo, porque todo ser humano puede aspirar a realizar el Hombre Divino. No es varón ni mujer, es Hombre que reúne en él lo masculino y lo femenino. El Hombre Divino no es una personalidad de este mundo, está completamente desligado del mundo, pero trabaja intensamente por el Plan Divino en el mundo, es decir, trabaja para que todo ser humano pueda despertar al Hombre Divino dormido en cada uno de nosotros. Todo ser humano lleva en su ser el germen del Hombre Divino, pero en muy pocos a nacido o despertado algo de la conciencia del Hombre Divino.
El Hombre Divino es en realidad una forma sublime etérica, su naturaleza es etérea, formado por vientos internos "sutiles", es decir, el Hombre Divino solo es llamado a la Vida Eterna cuando los vientos internos son purificados y "sutilizados", dejando de ser vientos de tierra, agua, fuego, aire y sonido "burdos", tal como los conocemos ahora, y pasando a ser vientos sutiles capaces de transportar mentes sutiles, que son la mente inmortal e indestructible. El Hombre Divino es la Forma Divina que vehiculiza al Intelecto Divino o la Mente Sutil. Es por ello un Arquetipo perfecto, creado a partir de la transformación de fuerzas etéreas o vientos internos (sobre los vientos internos me remito al anterior post: El objeto de la busqueda interior: el doble etéreo).
El Hombre Divino solo puede ser realizado por un yogui, bueno, por el ideal superior de yogui: un Mahasiddha. Un Mahasiddha es aquel yogui que trabaja y realiza el Hombre Divino, en sí mismo. El Mahasiddha es un Bodhisattva que utiliza el Método del Diamante, el Vajrayana (el camino del Tantra), para alcanzar el objetivo último del Bodhisattva por el camino más rápido. Este camino le conduce con rapidez a la inmortalidad, a generar la forma del Hombre Divino. Es un Método Yóguico del Diamante porque utiliza la respiración, en particular la retención del carbono (que es la sustancia del diamante). Y este Mahasiddha solo puede ser un yogui porque trabaja no solo con la evocación de la imagen del Hombre Nuevo, sino con el yoga de consumación, con ejercicios sobre la respiración y sobre el cuerpo sutil, para purificar el cuerpo etéreo. La generación de la imagen del Hombre Divino arquetípica es solo una etapa muy importante del trabajo, pues hay que generar la imagen y su mándala o círculo de manifestación de un Arquetipo: los patrones energéticos (¿Caminar en grupo o caminar en solitario? Patrones y Arquetipos). Un patrón energético es el campo de fuerza donde vive y se manifiesta un Arquetipo. Ese patrón energético puede representarse por un mandala, que es un palacio donde vive el Hombre Divino. El Mahasiddha genera el patrón y el arquetipo a través de la imaginación y el sueño, luego entra en ese espacio imaginario-onírico y finalmente se identifica con la Divinidad que lo habita, así construye la imagen del Hombre Divino. Pero luego, debe llevar a la Vida a esta imagen, y para ello debe realizar el YOGA DE CONSUMACIÓN, que es kriya-yoga para quien conozca a fondo el Hatha-yoga, gracias a determinadas kriyas o métodos que combinan ejercicios, principalmente, respiratorios, recitación de bija-mantras (mantras semilla, sonidos primigenios) y visualizaciones del vehículo sutil (vientos, caneles y gotas), puede llamar a la Vida Eterna al Hombre Divino en él. Así se convierte en un verdadero Mahasiddha, un Bodhisattva perfecto en una sola vida. Este Mahasiddha, que es ahora el Hombre Divino, trabaja de forma real y efectiva ayudando a despertar a otros seres humanos, a los que no solo les transmite enseñanzas sino también fuerza para que puedan alcanzar la realización del Hombre Divino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario