EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

martes, 8 de julio de 2014

LA RUEDA DEL DHARMA

La palabra sánscrita "dharma" tiene muchos significados. A la religión en la India se le llama "dharma", los budistas indios denominaban "dharma" a las enseñanzas de Buda. El dharma es el orden cósmico, representado por una rueda de ocho radios del carro solar, es el inexorable orden al que todo debe someterse. El orden de cuatro castas es la ordenación orgánica del cosmos, donde hay unas persona que piensan, otra que actúan otras que trabajan y otras que sirven, que son los miembros del Purusha, el mismo cosmos: su cabeza, su pecho, su vientre y sus extremidades. Sin embargo, un filósofo vino a trastocar este orden y puso en movimiento una nueva Rueda del Dharma.

BUDA SAKYAMUNI: Siddharta Gautama Buddha, el Buda Sakyamuni, era un filósofo indio del siglo V a.C., que presentó un camino de ocho etapas para liberarse del sufrimiento. El camino de liberación culminaba con el "nirvana", la completa extinción del deseo y el sufrimiento. Este camino combinaba el comportamiento ético, la reflexión filosófica y la meditación. La práctica equilibrada de estas tres disciplinas conducía a un estado de extinción (nirvana), donde ya no había deseo, el origen del karma y del sufrimiento.

NAGARJUNA: En el siglo II de nuestra era un monje y filósofo budista dio un segundo giro a la Rueda del Dharma. Nagarjuna es considerado el filósofo más grande del Gran Vehículo o Mahayana, y fue el fundador de la Escuela de la Vía Media o Madhyamaka. Su gran aportación fue descubrir que todo está vacío de existencia inherente, es decir, que no hay nada que se de por sí mismo, todo surge de forma condicionada. Todos los fenómenos están unidos a una cadena de causas y efectos, no hay nada que no tenga una causa y sea a su vez causa de otras cosas. Así, Nagarjuna destacó el vacío de existencia independiente de esta cadena de causas y efectos. Con esta afirmación sentaba las bases de un no-dualismo demoledor, pues el argumento de la vacuidad es lógicamente irrefutable. Y nos coloca ante una realidad lógica y ontológica devastadora: todo está vacío de sustancia (algo que, por otra parte, la ciencia moderna no le cuesta demasiado confirmar, pues parece que todo es energía y que la materia no existe realmente...)

EL TANTRA: El tercer giro a la Rueda del Dharma lo dio el monje taumaturgo Padmasambhava, siglo VII, fundador del Budismo Tántrico o Vajrayana, el Vehículo del Mantra Secreto. Los budistas vajrayana son seguidores de Nagarjuna y su teoría del vacío, pero aportaron un aspecto muy práctico y psicológico a la teoría de la vacuidad. Se dieron cuenta de que el estado de la mente más parecido al vacío es el sueño profundo, del cual no recordamos nada. Todas las noches, la mente, tras vagar un rato por el mundo de los sueños, se desliza en un profundo vacío. Así tenemos tres estados sucesivos: vigilia, sueños y sueño profundo. Los Anuttarayoga Tantras son unos textos donde se describen Palacios Celestiales habitados por divinidades muy puras que guardan las distintas estancias. En el centro del Palacio Celestial se encuentra una Divinidad muy pura que está personificada por el mismo Buda Vajrasattva, la Mente Vacía e Iluminada de todos los Budas. Así el practicante de tantra recorre las estancias de los mandalas o palacios celestiales, como si fueran la morada de sus propios sueños, atraviesa las distintas estancias hasta llegar al centro del mandala, donde se encuentra la Divinidad en la forma de un mantra, que tras repetirlo un número determinado de veces, permite el acceso al siguiente estado de conciencia: el estado del vacío propio de la mente de todos los Budas. El mandala es una representación del mundo de los sueños y su centro es la puerta a la vacuidad, al estado no-dual, al que no es posible llegar sin haber atravesado antes todas las estancias del mundo de los sueños.

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