EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA
El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall
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domingo, 11 de diciembre de 2016
lunes, 13 de julio de 2015
TRABAJANDO CON LAS EMOCIONES, LAMA GENDUN
“Aquellos
que practican el Vajrayana, las enseñanzas tántricas secretas, tienen un
compromiso sagrado de no rechazar las emociones del apego, la ira, la
ignorancia, el orgullo y la envidia o los celos. La razón para que esto sea así
tiene que ver con que si las rechazan, nunca tendrán la posibilidad de
descubrir su sabiduría intrínseca. Al abandonar los cinco venenos, abandonamos,
al mismo tiempo, cualquier posibilidad de realizar las cinco sabidurías, puesto
que ellas se encuentran en el mismo lugar de las emociones. Esa es la razón por
la cual, cuando nos comprometemos con las prácticas tántricas, debemos trabajar
con los diferentes objetos que dan surgimiento a las reacciones emocionales.
Los objetos mismos del apego, el odio, etc., se convierten en los medios para
la liberación de los conflictos emocionales. En términos prácticos, esto
significa que cuando uno de los cinco venenos aparece en la mente, tenemos que
mirar directamente su esencia hasta entender que en verdad no tiene una
existencia real. Percepción, emoción y sabiduría Las emociones aparecen debido
a las condiciones creadas por nuestra mente confusa. Nuestra conciencia
fundamental, que en el momento presente se encuentra en un estado de total
ignorancia, proyecta a partir de sí la idea de un mundo experimentado por medio
de los cinco sentidos, los cinco órganos de los sentidos y sus relaciones
activas con los objetos externos. Debido a nuestros hábitos previos, la mente
proyecta imágenes que considera separadas de ella misma. Entonces, éstas se convierten
en formas que actúan como objetos para la vista, sonidos para el oído, y así
sucesivamente. La presencia de estos
objetos aparentemente independientes hace que la mente se perturbe, permitiendo
la aparición de las emociones. Por ejemplo, cuando nuestros ojos ven una
forma, la cosa no se queda ahí: inmediatamente reaccionamos frente a ella.
Cuando la forma nos parece agradable, nos sentimos atraídos. Si la encontramos
desagradable o repulsiva, la rechazamos y queremos alejarnos. Lo mismo aplica a
toda la información sensorial, es decir, a todo lo que oímos, olemos, probamos
o tocamos. Cada vez que los órganos de los sentidos entran en funcionamiento
deberíamos mirar directamente la esencia real de lo que está sucediendo.
Gradualmente llegaremos a ver que el objeto que estamos percibiendo no es más
que la mente trabajando. El objeto es la mente, no se diferencia de ella y, por
lo tanto, no hay necesidad de crear ninguna dualidad artificial manteniendo una
distinción clara entre sujeto y objeto. Si miramos la esencia de esta carencia
de dualidad, la verdadera naturaleza del objeto y de la mente que lo percibe,
descubriremos la esencia misma de la mente. Esta percepción de la esencia de la
mente tiene lugar cuando todos los pensamientos previos se han detenido y el
siguiente pensamiento aún no ha aparecido. La mente se encuentra en el presente
espontáneo, su propia realidad. Es la mente la que ve su propia esencia y es a
esto a lo que le damos el nombre de sabiduría primordial. Su presencia,
entonces, aclara las emociones atómicamente. Es como encender una vela en un
cuarto oscuro: tan pronto como la luz se hace presente, la oscuridad desaparece
por sí sola. En forma similar, el simple hecho de que la sabiduría esté en la
mente hace que las emociones se desvanezcan por completo. Si tenemos éxito en
meditar así, en ese mismo instante veremos la sabiduría inherente a cada
emoción y, por ende, nos liberamos de su aspecto negativo. Esto es lo que se
conoce como la aparición y la liberación simultánea de las emociones.
Cada
uno de los cinco venenos se reconoce como una de las cinco sabidurías. Sí, por
el contrario, no logramos ver el aspecto de sabiduría del evento que está
teniendo lugar en la mente, una vez más quedamos atrapados en la dualidad.
Seguimos el pensamiento, nos dejamos influenciar por él y empezamos a
reaccionar ante el objeto aceptándolo o rechazándolo, hasta que la mente queda
invadida por la confusión y las emociones y terminamos teniendo que
experimentar el sufrimiento que sigue. Dice en el texto que si renunciamos a
los cinco venenos será imposible encontrar la sabiduría. La actividad de las
emociones es la actividad de la mente. Cada emoción que aparece no es más que
la mente misma en acción y, por lo tanto, si rechazamos las emociones estamos
rechazando, al mismo tiempo, la mente. Sólo a través de su actividad
descubrimos la actividad de la sabiduría y, entonces, al rechazar la actividad
emocional de la mente, rechazamos la posibilidad de encontrar su actividad de
sabiduría. Esto nunca nos llevará a realizar la realidad última de la mente.
Abandonar los cinco venenos es un camino menos directo a la iluminación. Sin
embargo, ver la verdadera naturaleza de las emociones en la medida en que se
presentan no es una tarea fácil. Si solamente nos permitimos mirar las
emociones que aparecen en nuestra mente, una detrás de la otra, en la forma
usual, no somos diferentes de lo que éramos antes. Nada ha cambiado. Si de
verdad gozamos con nuestras emociones, incrementando deliberadamente su fuerza
hasta que nos intoxican completamente, nos estaremos comportando como alguien
poseído y, en consecuencia, acumularemos el karma de un demonio. También puede
suceder que nos convirtamos en ese tipo de personas que cada vez se sienten más
orgullosas de su habilidad para lidiar con las emociones. Puesto que su
entendimiento no se ha desarrollado plenamente, incrementan el poder de las
emociones. Entre más fuertes se vuelven, más grande se hace su orgullo. Y las
cosas no paran ahí. Pese a no estar libres de confusiones emocionales, estas
personas sostiene que sí lo están y se auto erigen en ejemplos para otros.
Motivadas por un gran orgullo, buscan hacer crecer su reputación, que las
reconozcan como importantes y famosas por su "adecuado" manejo de las
emociones. Cada vez más confusas, acumulan un karma que crece cada instante en
negatividad. Un Buda para cada emoción. Si logramos mirar directamente la
realidad de cada uno de los cinco venenos, en la medida en que aparecen,
reconoceremos que no son otra cosa que las cinco sabidurías. En el veneno de la
ira y el odio percibiremos la sabiduría como espejo que corresponde al Buda Akshobya.
Mirando directamente la naturaleza del orgullo, encontraremos la sabiduría de
la igualdad y al Buda Ratnasambhava. En la naturaleza del deseo descubriremos
la sabiduría discriminativa y al Buda Amithaba. Si miramos los celos y la
envidia, veremos la sabiduría que todo lo logra y al Buda Amoghasiddhi. Y si
miramos la ignorancia, encontraremos la sabiduría del dharmahatu y al Buda
Vairocana. Estos Budas también corresponden a las diferentes energías
elementales del cuerpo, cada una de las cuales está asociada con una emoción.
Ver a través de las emociones produce no sólo la realización de un aspecto de
la sabiduría sino que transforma el elemento correspondiente del cuerpo en cada
uno de los cinco Budas.
En
el Vajrayana no abandonamos las emociones, simplemente miramos su naturaleza o
esencia, a partir de lo cual éstas se transforman automáticamente en las cinco
sabidurías y, espontáneamente, generamos las mentes de los cinco Budas arquetípicos.
Este tipo de práctica la emplean quienes meditan de acuerdo con la tradición
del Mahamudra o el Dzogchen. Un remedio para todas las enfermedades. Mirar
directamente la esencia o naturaleza de una emoción es un método que puede
aplicarse en todos los casos, de la misma manera en que podemos utilizar una
sola medicina para curar cien enfermedades. El practicante con grandes
habilidades utilizará este método para "inflar" las emociones en el
instante en que alguna de ellas aparezca en la mente. Esto equivale a arrojar
una diminuta chispa de fuego en un montón de heno seco: inmediatamente se
encenderá y será completamente destruido. Aunque la chispa original es pequeña,
puede quemar cualquier cantidad de heno. De la misma forma, una pequeña chispa
de sabiduría puede quemar toda la confusión de la mente y las emociones
asociadas con ella, hasta que lo único que queda en la mente es realidad
última. Aquellos practicantes de medianas capacidades deben utilizar este
método de la siguiente manera: tan pronto como una emoción aparezca en la mente
en el momento de la meditación, deben examinarla directamente, con una mirada
desprovista de cualquier revestimiento. La emoción se calmará inmediatamente y
perderá poder sobre el practicante. Se dice que este proceso equivale a
reconocer la no dualidad del agua y las olas. En la superficie del mar se
pueden ver muchas olas de diversos tamaños y formas. Sin embargo, el contenido
de las olas es la misma agua del mar. En realidad, no hay distinción entre las
olas y el agua. De igual forma, todas las emociones que aparecen en la mente no
son otra cosa que la mente misma. Por lo tanto, no hay razón para que debamos
rechazar la emoción o para que la consideremos diferente a la mente. El
practicante medio podrá entender esto y, al experimentar directamente el hecho
de que las emociones son simplemente la mente, éstas se calmarán por su propia
cuenta. El practicante de capacidades ordinarias podrá hacerse consciente de la
emoción en el momento en que ésta aparece en la mente. No deberá involucrarse
en la emoción y dejarse tomar por ella que es lo que usualmente sucede. Es como
alguien loco que de pronto recupera el juicio. Libre de su locura, su
conciencia ordinaria regresa. En forma similar, tan pronto como esta persona se
da cuenta de la presencia de una emoción, aplica la práctica que considere
apropiada en ese momento y circunstancias. Ser concientes de la emoción,
incluso de manera parcial, aunque no nos libera nos da el punto de arranque
para la aplicación posterior de otros enfoques para trabajar con las emociones.
Para nosotros es difícil considerar la ignorancia como una emoción, pero si
pensamos cuidadosamente, podemos ser influenciados por la ignorancia como por
el deseo y la ira. La ignorancia no es algo neutral sin efectos o
consecuencias, es un estado definido de la mente que hace que actuamos en una
forma determinada. La ignorancia ocurre cuando no somos capaces de ver las
cosas como realmente son. Esta incapacidad de reconocer lo que está sucediendo
puede ser consciente o inconsciente: unas veces se presenta como inocencia y
otras como indiferencia, es decir, no querer ver deliberadamente lo que está
pasando. Puede involucrar factores como una confusión general acerca de lo que
está ocurriendo o la formación de visiones totalmente erradas. También tiene
que ver con el apego. La ignorancia a veces puede ser muy cómoda ("la
ignorancia es una bendición", dicen. Si nos miramos de cerca, podemos
encontrar estas actitudes en gran cantidad de nuestros comportamientos). Desde
el punto de vista budista, la ignorancia nada tiene que ver con la inocencia o
la bienaventuranza. Por el contrario, es la causa principal de nuestro
sufrimiento y, por ello, es que se incluye de forma explícita entre los cinco
venenos.”
sábado, 11 de abril de 2015
jueves, 29 de enero de 2015
PSICOLOGÍA DEL BARDO
Esto nos permite una mirada totalmente desapasionada del mito, las leyendas, los rituales y los demás componentes religiosos y misteriosos, desprovista del componente visceral de la fe. En algún otro post comentamos como la mirada científica - que es una pregunta por el porqué de las cosas, no es otra cosa que una actitud del alma o de la mente, y como dicha actitud es perfectamente aplicable a los fenómenos no perceptibles por los sentidos. De hecho, C.G. Jung es exactamente lo que hizo cuando buscaba las trazas de sus arquetipos del inconsciente colectivo en todo tipo de mitos, leyendas y tradiciones religiosas tanto de Occidente como de Oriente, a la vez que constataba sus descubrimientos en su práctica clínica. Si bien, en tiempos de Jung, Oriente no había volcado toda la información de la que hoy tenemos relativamente fácil acceso.
Una de las cosas donde me parece más importante este estudio desapasionado y metódico es en lo que cada vez se va conociendo mejor del Budismo Tibetano, sus conocimientos y estudios sobre la mente, y sobre todo el sentido de sus meditaciones más profundas que permiten a los lamas viajar a través de los distintos estados mentales, ya sean sueños e incluso las etapas de disolución de la conciencia durante la muerte, lo que se conoce con el nombre de "bardo".
Considero del todo necesario una aproximación con la misma actitud del alma que la de un científico que estudia las partículas subatómicas, abordar la cuestión del "bardo" sus distintas etapas, las distintas experiencias de la psique en el proceso de disolución de la conciencia, tan detalladamente explicados en los textos budistas, así como toda la tecnología - en la forma de los distintos yogas - y distintas meditaciones con las que intentan reproducir dichos procesos anímicos. Psicología y yoga (profundo, no el del gimnasio) tienen mucho que caminar juntos, para desvelar todavía muchos misterios de la mente y de la vida humana. Pero sobre todo, las enseñanzas y prácticas relacionadas con el bardo, el estado intermedio, deberían abordarse desde la perspectiva de la psicología y la filosofía de la conciencia occidentales, lo que sin duda abriría nuevos caminos hacia la felicidad y eliminaría muchos fantasmas que nos surgen sobre una cuestión a la que deliberadamente nuestra cultura da la espalda, y nos coloca absolutamente ciegos e ignorantes ante el misterio más importante de la vida: la muerte.
viernes, 23 de enero de 2015
LAS ETAPAS DEL CAMINO DEL BODHISATTVA
El Gran Vehículo o Mahayana plantea un camino que comienza con el
voto del Bodhisattva, el voto de la generosidad, lo que significa que quienes
siguen la senda de los Bodhisattvas que conduce a la iluminación, lo harán en
la medida que sean capaces de despertar y guiar a los demás a esa iluminación a la que ellos aspiran.
Este camino tiene diez etapas que se concretan en diez perfecciones:
1.
dana
paramita:
generosidad, darlo todo por los demás, esta es la Gnosis del Buda
Ratnasambhava, la Sabiduría de identidad.
2.
shila
paramita :
la sabiduría de los preceptos y la virtud moral.
3.
kshanti
paramita :
paciencia, tolerancia, es la Gnosis del Buda Akshobhya, la Sabiduría como un
espejo.
4.
virya
paramita :
esfuerzo, vigor, es la Gnosis del Buda Amoghasiddhi, la Sabiduría del logro.
5.
dhyana
paramita :
concentración, contemplación, es la Gnosis del Buda Amithaba, la Sabiduría que
discrimina.
6.
prajña
paramita :
la Sabiduría del Buda Vairochana de la comprensión de la Vacuidad del
Dharmadathu (la Totalidad donde surgen todos los fenómenos).
7.
upaya
paramita:
medios hábiles.
8.
pranidhana
paramita:
promesa y voto.
9.
bala
paramita:
poder espiritual.
10. jñana
paramita: la Gnosis de la no-dualidad.
Las perfecciones se corresponden con diez tierras (bhumis) por los que el Bodhisattva asciende hacia la Iluminación:
1.
Tierra de la alegría (paramudita bhumi), de la felicidad del inicio del camino, la respuesta a la
generosidad.
2.
Tierra de la pureza (vimala bhumi), permite la liberación de todas las aflicciones.
3.
Tierra de la irradiación (prabhakari bhumi), la paciencia permite irradiar una nueva luz en la vida.
4.
Tierra en llamas (archishmati bhumi), es la fuerza radiante de una mente ilimitada.
5.
Tierra difícil de alcanzar (sudurjaya bhumi), gracias a la meditación se elimina la ignorancia.
6.
Tierra enfrente de la iluminación (abhimukhi bhumi) donde se manifiesta la Sabiduría perfecta.
7.
Tierra lejana (duramgama bhumi), el Bodhisattva puede guiar a
cada ser según las posibilidades que a éste le son propias.
8.
Tierra inamovible (achala bhumi), el Bodhisattva tiene el poder de transferir sus méritos a otros
seres.
9.
Tierra de la inteligencia devota (sadhumati bhumi), en el que el Bodhisattva conoce y expone el Dharma libremente,
pues nada se le oculta.
10. Tierra de la nube del Dharma (dharmamegha bhumi), goza de todos los conocimientos,
se sienta en un loto, rodeado de innumerables bodhisattvas en el cielo Tushita,
es la tierra de los grandes bodhisattvas.
sábado, 13 de septiembre de 2014
LOS CINCO DHYANI-BUDDHAS
Los
cinco Budas de meditación o DHYANI-BUDDHAS representan cinco aspectos de la mente de iluminación
de un Buda, así como los cinco movimientos de la mente y sus vientos internos. La
corona de los budas tántricos representa estos cinco Budas, el logro de la iluminación por la conquista de estas cinco cualidades.
VAIROCHANA
(EL QUE ILUMINA) es el gran Buda blanco, de la familia del Dharma. Su lugar es
el CENTRO. Su elemento el ÉTER/ESPACIO. Representa la omniabarcante sabiduría
del Dharmadatu (la vacuidad). Destruye la ignorancia y la ilusión. Rige el sentido de la
vista, los canales del prana y el corazón. VIENTO QUE SUSTENTA LA VIDA (PRANA-VAYU), se mueve en torno
al corazón y los pulmones. Su
consorte es Tara blanca (Vajradhatvisvari), le acompaña el bodhisattva
Samantabhadra y se revela durante el eón del Buda Krakuchanda. Hace
el mudra Dharmachakra, de la enseñanza y el movimiento de la rueda del Dharma.
Su familia es la del Tathagata, simbolizado por la Rueda del Dharma; su sílaba OM; su montura del dragón y su
agregado la forma (RUPA).
AKSHOBHYA
(EL INALTERABLE) es el gran Buda azul, de la familia del Vajra. Su lugar es el
ESTE. Su elemento el AGUA. Representa la claridad de la sabiduría. Destruye la
ira y el odio. Rige el sentido del oído, el sistema sanguíneo y los riñones. VIENTO DESCENDENTE
EVACUADOR (APANA-VAYU), movimiento descendente, su zona de acción es la pelvis. Su
consorte es Locana, le acompaña el bodhisattva Vajrapani y se revela durante el
eón del Buda Kanakamuni. Hace
el mudra Bhumisparsha, tocando al tierra con la mano como testimonio de la Iluminación. Su familia es la del
Vajra, el rayo; su sílaba HUM; su montura un elefante y su agregado la conciencia
(VIJÑANA).
RATNASAMBHAVA
(EL NACIDO DE LA JOYA) es el gran Buda amarillo, de la familia de Ratna.
Su lugar es el SUR. Su elemento la TIERRA. Representa la sabiduría de la
igualdad. Destruye el orgullo y la miseria. Rige el sentido del olfato, la
carne y el bazo. VIENTO QUE LO IMPREGNA TODO (VYANA-VAYU), se mueve de dentro hacia fuera y
de fuera hacia dentro penetrando todo el cuerpo. Su
consorte es Mamaki, le acompaña el bodhisattva Ratnapani y se revela durante el
eón del Buda Kashyapa. Hace
el mudra Varada (dar, conceder). Su familia es la de Ratna (Joya); su sílaba
TRAM; su montura el caballo o el león y su agregado la sensación (VENDANA).
AMITABHA
(LUZ INFINITA) es el gran Buda rojo, de la familia del Loto. Su lugar es el
OESTE. Su elemento el FUEGO. Representa la sabiduría del discernimiento.
Destruye el deseo y la codicia. Rige el sentido del tacto, el calor corporal y
el hígado. VIENTO QUE PERMANECE POR IGUAL (SAMANA-VAYU), elemento fuego, movimiento que permite la digestión generando calor, se encuentra en el ombligo. Su
consorte es Pandara, le acompaña el bodhisattva Avalokiteshvara y se revela
durante el eón del Buda Sakyamuni. Hace
el mudra Dhyana (meditación estabilizada). Su familia es la del Loto (Padma); su sílaba HRIH; su montura el pavo real y su agregado la percepción (SANJÑA).
AMOGASIDDHI
(CONQUISTADOR DE PODERES) es el gran Buda verde, de la familia del
Karma. Su lugar es el NORTE. Su elemento el AIRE. Representa la sabiduría de
todos los logros. Destruye la envidia y el miedo. Rige el sentido del tacto,
los vientos internos y los pulmones. VIENTO ASCENDENTE MOVEDOR (UDANA-VAYU), movimiento ascendente que se localiza en la garganta y la cabeza. Su
consorte es Tara verde, le acompaña el bodhisattva Vishvapani y se revelará
durante el eón del Buda Maitreya. Hace
el mudra Abhaya (de la protección). Su familia es la del Karma (doble Vajra); su sílaba AH; su montura Garuda (águila) y su agregado los impulsos (SAMSKARA).
martes, 8 de julio de 2014
LA RUEDA DEL DHARMA
La palabra sánscrita "dharma" tiene muchos significados. A la religión en la India se le llama "dharma", los budistas indios denominaban "dharma" a las enseñanzas de Buda. El dharma es el orden cósmico, representado por una rueda de ocho radios del carro solar, es el inexorable orden al que todo debe someterse. El orden de cuatro castas es la ordenación orgánica del cosmos, donde hay unas persona que piensan, otra que actúan otras que trabajan y otras que sirven, que son los miembros del Purusha, el mismo cosmos: su cabeza, su pecho, su vientre y sus extremidades. Sin embargo, un filósofo vino a trastocar este orden y puso en movimiento una nueva Rueda del Dharma.
BUDA SAKYAMUNI: Siddharta Gautama Buddha, el Buda Sakyamuni, era un filósofo indio del siglo V a.C., que presentó un camino de ocho etapas para liberarse del sufrimiento. El camino de liberación culminaba con el "nirvana", la completa extinción del deseo y el sufrimiento. Este camino combinaba el comportamiento ético, la reflexión filosófica y la meditación. La práctica equilibrada de estas tres disciplinas conducía a un estado de extinción (nirvana), donde ya no había deseo, el origen del karma y del sufrimiento.
NAGARJUNA: En el siglo II de nuestra era un monje y filósofo budista dio un segundo giro a la Rueda del Dharma. Nagarjuna es considerado el filósofo más grande del Gran Vehículo o Mahayana, y fue el fundador de la Escuela de la Vía Media o Madhyamaka. Su gran aportación fue descubrir que todo está vacío de existencia inherente, es decir, que no hay nada que se de por sí mismo, todo surge de forma condicionada. Todos los fenómenos están unidos a una cadena de causas y efectos, no hay nada que no tenga una causa y sea a su vez causa de otras cosas. Así, Nagarjuna destacó el vacío de existencia independiente de esta cadena de causas y efectos. Con esta afirmación sentaba las bases de un no-dualismo demoledor, pues el argumento de la vacuidad es lógicamente irrefutable. Y nos coloca ante una realidad lógica y ontológica devastadora: todo está vacío de sustancia (algo que, por otra parte, la ciencia moderna no le cuesta demasiado confirmar, pues parece que todo es energía y que la materia no existe realmente...)
EL TANTRA: El tercer giro a la Rueda del Dharma lo dio el monje taumaturgo Padmasambhava, siglo VII, fundador del Budismo Tántrico o Vajrayana, el Vehículo del Mantra Secreto. Los budistas vajrayana son seguidores de Nagarjuna y su teoría del vacío, pero aportaron un aspecto muy práctico y psicológico a la teoría de la vacuidad. Se dieron cuenta de que el estado de la mente más parecido al vacío es el sueño profundo, del cual no recordamos nada. Todas las noches, la mente, tras vagar un rato por el mundo de los sueños, se desliza en un profundo vacío. Así tenemos tres estados sucesivos: vigilia, sueños y sueño profundo. Los Anuttarayoga Tantras son unos textos donde se describen Palacios Celestiales habitados por divinidades muy puras que guardan las distintas estancias. En el centro del Palacio Celestial se encuentra una Divinidad muy pura que está personificada por el mismo Buda Vajrasattva, la Mente Vacía e Iluminada de todos los Budas. Así el practicante de tantra recorre las estancias de los mandalas o palacios celestiales, como si fueran la morada de sus propios sueños, atraviesa las distintas estancias hasta llegar al centro del mandala, donde se encuentra la Divinidad en la forma de un mantra, que tras repetirlo un número determinado de veces, permite el acceso al siguiente estado de conciencia: el estado del vacío propio de la mente de todos los Budas. El mandala es una representación del mundo de los sueños y su centro es la puerta a la vacuidad, al estado no-dual, al que no es posible llegar sin haber atravesado antes todas las estancias del mundo de los sueños.
BUDA SAKYAMUNI: Siddharta Gautama Buddha, el Buda Sakyamuni, era un filósofo indio del siglo V a.C., que presentó un camino de ocho etapas para liberarse del sufrimiento. El camino de liberación culminaba con el "nirvana", la completa extinción del deseo y el sufrimiento. Este camino combinaba el comportamiento ético, la reflexión filosófica y la meditación. La práctica equilibrada de estas tres disciplinas conducía a un estado de extinción (nirvana), donde ya no había deseo, el origen del karma y del sufrimiento.
NAGARJUNA: En el siglo II de nuestra era un monje y filósofo budista dio un segundo giro a la Rueda del Dharma. Nagarjuna es considerado el filósofo más grande del Gran Vehículo o Mahayana, y fue el fundador de la Escuela de la Vía Media o Madhyamaka. Su gran aportación fue descubrir que todo está vacío de existencia inherente, es decir, que no hay nada que se de por sí mismo, todo surge de forma condicionada. Todos los fenómenos están unidos a una cadena de causas y efectos, no hay nada que no tenga una causa y sea a su vez causa de otras cosas. Así, Nagarjuna destacó el vacío de existencia independiente de esta cadena de causas y efectos. Con esta afirmación sentaba las bases de un no-dualismo demoledor, pues el argumento de la vacuidad es lógicamente irrefutable. Y nos coloca ante una realidad lógica y ontológica devastadora: todo está vacío de sustancia (algo que, por otra parte, la ciencia moderna no le cuesta demasiado confirmar, pues parece que todo es energía y que la materia no existe realmente...)
EL TANTRA: El tercer giro a la Rueda del Dharma lo dio el monje taumaturgo Padmasambhava, siglo VII, fundador del Budismo Tántrico o Vajrayana, el Vehículo del Mantra Secreto. Los budistas vajrayana son seguidores de Nagarjuna y su teoría del vacío, pero aportaron un aspecto muy práctico y psicológico a la teoría de la vacuidad. Se dieron cuenta de que el estado de la mente más parecido al vacío es el sueño profundo, del cual no recordamos nada. Todas las noches, la mente, tras vagar un rato por el mundo de los sueños, se desliza en un profundo vacío. Así tenemos tres estados sucesivos: vigilia, sueños y sueño profundo. Los Anuttarayoga Tantras son unos textos donde se describen Palacios Celestiales habitados por divinidades muy puras que guardan las distintas estancias. En el centro del Palacio Celestial se encuentra una Divinidad muy pura que está personificada por el mismo Buda Vajrasattva, la Mente Vacía e Iluminada de todos los Budas. Así el practicante de tantra recorre las estancias de los mandalas o palacios celestiales, como si fueran la morada de sus propios sueños, atraviesa las distintas estancias hasta llegar al centro del mandala, donde se encuentra la Divinidad en la forma de un mantra, que tras repetirlo un número determinado de veces, permite el acceso al siguiente estado de conciencia: el estado del vacío propio de la mente de todos los Budas. El mandala es una representación del mundo de los sueños y su centro es la puerta a la vacuidad, al estado no-dual, al que no es posible llegar sin haber atravesado antes todas las estancias del mundo de los sueños.
sábado, 17 de mayo de 2014
UN BUDA
Conozco un tipo que le dice a su mujer: "soy un Buda", y esta le mira con escepticismo, cuando no con cara de enfado. Y, sin embargo, es realmente un Buda. Bueno, es una persona que ha tomado los votos para serlo y está en camino... no tiene una mente pura y cristalina como el diamante, donde solo se refleja Luz, pero está trabajando para llegar a ello, y algún día, con toda seguridad, alcanzará este objetivo. Por tanto, no está engañando a su mujer, le dice la verdad, él ya es un Buda. Y tú, lector, ¡también lo eres! La mente cristalina o diamantina no se tiene que crear, solo pulir. Basta con decirte a ti mismo, no hace falta que nadie más lo sepa:
"Por el beneficio de todos los seres, voy a generar la mente de la iluminación y a realizar todas las etapas del camino del Bodhisattva".
Este es el propósito y el compromiso que adquiere todo aquel que quiere llegar a iluminar su mente, este es el compromiso de todos los Budas. ¿Y cuales son las etapas del camino del Bodhisattva?
Son solo seis perfecciones: la generosidad, el cultivo de la virtud, la paciencia, el esfuerzo en el progreso espiritual, la meditación y la sabiduría. Por este orden. Pues la generosidad debe ser la principal motivación, nuestro deseo de pureza mental tiene que venir generado por el profundo deseo de hacer felices a los demás. El cultivo de la virtud, la paciencia y el esfuerzo son las claves de la pureza mental.
Meditar, ¿con qué fin? La meditación es un arte. Cada uno puede trabajar la meditación de diferente manera, pues cada uno es único, y por tanto tiene un camino determinado por recorrer que solo él mismo sabe. La meditación también es una práctica higiénica, que nos ayudará a desapegar nuestra mente de los sentidos y del mundo exterior, y la limpiará de sus impurezas.
Finalmente, la Sabiduría es el conocimiento verdadero de que el mundo, nuestra mente y nuestro yo son como las olas del mar, que llegan, rompen y desaparecen, un flujo constante, en el que no hay nada estable e imperecedero, esta es la verdadera Sabiduría (prañjâ pâramitâ).
No hay maestros, no hay discípulos, no hay caminos, todo son pequeñas impurezas, miserias de una mente empañada. Se da la paradoja de que pensar que eres un Buda es una ilusión, pero pensar que no lo eres también lo es. Limpia las impurezas con las seis perfecciones y te darás cuenta de que, en realidad, ya eras un Buda, de que siempre lo has sido.
Om gate gate pâragate pârasamgate bodhi svâhâ
(vamos, vamos, vamos más allá, vamos mucho más allá, hasta la iluminación)
"Por el beneficio de todos los seres, voy a generar la mente de la iluminación y a realizar todas las etapas del camino del Bodhisattva".
Este es el propósito y el compromiso que adquiere todo aquel que quiere llegar a iluminar su mente, este es el compromiso de todos los Budas. ¿Y cuales son las etapas del camino del Bodhisattva?
Son solo seis perfecciones: la generosidad, el cultivo de la virtud, la paciencia, el esfuerzo en el progreso espiritual, la meditación y la sabiduría. Por este orden. Pues la generosidad debe ser la principal motivación, nuestro deseo de pureza mental tiene que venir generado por el profundo deseo de hacer felices a los demás. El cultivo de la virtud, la paciencia y el esfuerzo son las claves de la pureza mental.
Meditar, ¿con qué fin? La meditación es un arte. Cada uno puede trabajar la meditación de diferente manera, pues cada uno es único, y por tanto tiene un camino determinado por recorrer que solo él mismo sabe. La meditación también es una práctica higiénica, que nos ayudará a desapegar nuestra mente de los sentidos y del mundo exterior, y la limpiará de sus impurezas.
Finalmente, la Sabiduría es el conocimiento verdadero de que el mundo, nuestra mente y nuestro yo son como las olas del mar, que llegan, rompen y desaparecen, un flujo constante, en el que no hay nada estable e imperecedero, esta es la verdadera Sabiduría (prañjâ pâramitâ).
No hay maestros, no hay discípulos, no hay caminos, todo son pequeñas impurezas, miserias de una mente empañada. Se da la paradoja de que pensar que eres un Buda es una ilusión, pero pensar que no lo eres también lo es. Limpia las impurezas con las seis perfecciones y te darás cuenta de que, en realidad, ya eras un Buda, de que siempre lo has sido.
Om gate gate pâragate pârasamgate bodhi svâhâ
(vamos, vamos, vamos más allá, vamos mucho más allá, hasta la iluminación)
martes, 29 de abril de 2014
LA BÚSQUEDA DE LA SABIDURÍA PERDIDA.
Como decía Descartes: mundus est fabula. Por eso vamos a explicar una fábula, tenemos muchos datos y fechas, pero la verdad de los hechos nunca podremos saberla. La protagonista de nuestra fábula es una aventurera de origen ruso, HPB, fascinada por la sabiduría antigua. En el año 1874 conoce a HO, un coronel retirado interesado por los fenómenos sobrenaturales y las ciencias ocultas. Un año más tarde, en Nueva York, ambos amigos fundaron la Sociedad Teosófica. En el año 1877, HPB publica su primera gran obra en cuatro volúmenes, Isis sin velo, donde muestra un gran interés por las religiones y la sabiduría antigua, mientras propone una reforma del ocultismo de su época. Francmasones y sociedades secretas son algunos de los pocos lugares donde se puede encontrar algo de la Sabiduría arcana de Occidente, pero en general, poco quedaba de la tradición mística y espiritual que vio su origen en Egipto, Mesopotamia y Grecia, y, a partir de la Edad Media, inspiró a los buscadores del Grial o de los alquimistas Rosacruces. Occidente estaba embarcado y fascinado por la aventura de las nuevas ciencias, y había dejado de lado su parte mágica y mística, en pos de las luces de la Razón.
Las aventuras de HPB y HO les condujeron a la India en torno al año 1878. Y ¿qué encontraron en Oriente? La India por aquella época vivía momentos de gran decadencia cultural bajo el dominio británico, las tradiciones medievales de la India antigua habían quedado relegadas a sectores marginales y populares, mientras que las clases altas e ilustradas se occidentalizaban a grandes pasos. Sin embargo, nuestros amigos, curiosos por naturaleza, no dejaron de fascinarse por los restos de la tradición espiritual milenaria. Lo que les llevó a iniciar una labor de recuperación de la literatura filosófica y espiritual de la India.
FASCINACIÓN POR EL TIBET: Pero fue en su viaje al Norte cuando conocieron a Sinnett, autor de la obra Budismo esotérico, una versión del Budismo tántrico que presentaba la personalidad humana en siete miembros: un cuerpo físico y su doble pránico o etérico, un cuerpo sensual o de deseos, y una mente inferior, una mente superior o Manas, la Mente Búdica o Buddhi y la esencia monádica, Atman. El Budismo esotérico de Sinnett inspiró la segunda gran obra de HPB, La Doctrina Secreta. En el Norte de India tomaron conciencia de la existencia en los Himalayas de los restos de la Sabiduría perdida. Mientras en la India la tradición espiritual relativa al Yoga se había mantenido gracias a yoguis marginales y analfabetos, en el Tibet monasterios repletos de Lamas y Yoguis muy eruditos habían mantenido la tradición antigua de las grandes Universidades indias, como la de Nalanda, donde maestros y estudiantes analizaban los efectos del yoga y la meditación en la mente humana. Las escuelas de Lamas tibetanos estaban repletas de sabios y eruditos monjes y yoguis, practicantes de diversos yogas y tantras, así como de profundísimos estudios y tratados sobre la mente humana.
La palabra sánscrita dhyân generalmente se traduce como "meditación", sabios hindúes como Patañjali o budistas como Nagarjuna habían estudiado distintas clases de dhyân para transformar la mente. La clave de la transformación de la mente se encontraba en el dhyân-yoga (lo que hoy se conoce como raja-yoga). La palabra japonesa Zen equivale a la palabra china chan y a la palabra sánscrita dhyân. El Budismo del Tibet había conservado el interés por el estudio de la mente en el estado dhyân. Antes de su muerte, HPB escribió dos obras La Doctrina Secreta y La voz del silencio, la primera muy extensa donde analiza con detalle un texto tibetano denominado: Las Estancias del Dzyan, que no es otra cosa que las estancias de dhyân, y en su libro La voz del silencio donde nos da claras indicaciones sobre los estadios por los que pasa la conciencia hasta alcanzar la meditación dhyân que permite escuchar la "voz del silencio".
Las obras de HPB revolucionaron el mundo espiritual y la Sociedad Teosófica se convirtió en la más amplia difusora de esta nueva espiritualidad basada en el Budismo esotérico, gracias al cual HPB pudo encontrar la doctrina secreta, la antigua Sabiduría, oculta en los textos de todas las religiones. La Sociedad Teosófica, que tenía la intención, muy budista por otra parte, de crear una Fraternidad Universal de buscadores de la Sabiduría, se fue atomizando en innumerables sociedades y grupos, que, con otros nombres, buscaban realizar el triángulo superior del Budismo Esotérico: "Manas-Buddhi-Atman". Un nuevo grupo de Rosacruces surgieron del impulso teosófico, que llamaron a este triángulo budista: "yo espiritual" o "alma", "espíritu de vida" o "alma-espíritu" y "espíritu divino" o "mónada". Rudolf Steiner, miembro activo de la Sociedad Teosófica hasta el año 1913, proponía en su obra de 1904, Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores, una versión occidentalizada del Óctuple Sendero budista. El movimiento esotérico occidental surgido de la Teosofía no es otra cosa que una versión moderna del Budismo Mahayana y Tántrico, donde se introducen conceptos budistas como el karma, la reencarnación, los chakras, la activación de la fuerza de Kundalini, etc. y la trinidad Manas-Buddhi-Atman, que equivale al "cuerpo de transformación" de Buda (Nirmanakaya), a su "cuerpo del Gozo" (Sambhogakaya) y al "cuerpo de Sabiduría" (Dharmakaya), que tendremos que explorar más adelante para comprender de qué se trata realmente esta "buena nueva budista".
Las aventuras de HPB y HO les condujeron a la India en torno al año 1878. Y ¿qué encontraron en Oriente? La India por aquella época vivía momentos de gran decadencia cultural bajo el dominio británico, las tradiciones medievales de la India antigua habían quedado relegadas a sectores marginales y populares, mientras que las clases altas e ilustradas se occidentalizaban a grandes pasos. Sin embargo, nuestros amigos, curiosos por naturaleza, no dejaron de fascinarse por los restos de la tradición espiritual milenaria. Lo que les llevó a iniciar una labor de recuperación de la literatura filosófica y espiritual de la India.
FASCINACIÓN POR EL TIBET: Pero fue en su viaje al Norte cuando conocieron a Sinnett, autor de la obra Budismo esotérico, una versión del Budismo tántrico que presentaba la personalidad humana en siete miembros: un cuerpo físico y su doble pránico o etérico, un cuerpo sensual o de deseos, y una mente inferior, una mente superior o Manas, la Mente Búdica o Buddhi y la esencia monádica, Atman. El Budismo esotérico de Sinnett inspiró la segunda gran obra de HPB, La Doctrina Secreta. En el Norte de India tomaron conciencia de la existencia en los Himalayas de los restos de la Sabiduría perdida. Mientras en la India la tradición espiritual relativa al Yoga se había mantenido gracias a yoguis marginales y analfabetos, en el Tibet monasterios repletos de Lamas y Yoguis muy eruditos habían mantenido la tradición antigua de las grandes Universidades indias, como la de Nalanda, donde maestros y estudiantes analizaban los efectos del yoga y la meditación en la mente humana. Las escuelas de Lamas tibetanos estaban repletas de sabios y eruditos monjes y yoguis, practicantes de diversos yogas y tantras, así como de profundísimos estudios y tratados sobre la mente humana.
La palabra sánscrita dhyân generalmente se traduce como "meditación", sabios hindúes como Patañjali o budistas como Nagarjuna habían estudiado distintas clases de dhyân para transformar la mente. La clave de la transformación de la mente se encontraba en el dhyân-yoga (lo que hoy se conoce como raja-yoga). La palabra japonesa Zen equivale a la palabra china chan y a la palabra sánscrita dhyân. El Budismo del Tibet había conservado el interés por el estudio de la mente en el estado dhyân. Antes de su muerte, HPB escribió dos obras La Doctrina Secreta y La voz del silencio, la primera muy extensa donde analiza con detalle un texto tibetano denominado: Las Estancias del Dzyan, que no es otra cosa que las estancias de dhyân, y en su libro La voz del silencio donde nos da claras indicaciones sobre los estadios por los que pasa la conciencia hasta alcanzar la meditación dhyân que permite escuchar la "voz del silencio".
Las obras de HPB revolucionaron el mundo espiritual y la Sociedad Teosófica se convirtió en la más amplia difusora de esta nueva espiritualidad basada en el Budismo esotérico, gracias al cual HPB pudo encontrar la doctrina secreta, la antigua Sabiduría, oculta en los textos de todas las religiones. La Sociedad Teosófica, que tenía la intención, muy budista por otra parte, de crear una Fraternidad Universal de buscadores de la Sabiduría, se fue atomizando en innumerables sociedades y grupos, que, con otros nombres, buscaban realizar el triángulo superior del Budismo Esotérico: "Manas-Buddhi-Atman". Un nuevo grupo de Rosacruces surgieron del impulso teosófico, que llamaron a este triángulo budista: "yo espiritual" o "alma", "espíritu de vida" o "alma-espíritu" y "espíritu divino" o "mónada". Rudolf Steiner, miembro activo de la Sociedad Teosófica hasta el año 1913, proponía en su obra de 1904, Cómo se alcanza el conocimiento de los mundos superiores, una versión occidentalizada del Óctuple Sendero budista. El movimiento esotérico occidental surgido de la Teosofía no es otra cosa que una versión moderna del Budismo Mahayana y Tántrico, donde se introducen conceptos budistas como el karma, la reencarnación, los chakras, la activación de la fuerza de Kundalini, etc. y la trinidad Manas-Buddhi-Atman, que equivale al "cuerpo de transformación" de Buda (Nirmanakaya), a su "cuerpo del Gozo" (Sambhogakaya) y al "cuerpo de Sabiduría" (Dharmakaya), que tendremos que explorar más adelante para comprender de qué se trata realmente esta "buena nueva budista".
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