EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

jueves, 30 de octubre de 2014

ONDAS ALFA Y TRANCE YOGUICO, por Juan Almirall


ONDAS CEREBRALES: En estado normal, nuestras neuronas funcionan a razón de 21 pulsaciones por segundo, generando lo que se conoce como ondas beta. Nuestra actividad mental es agitada y requiere un esfuerzo importante de procesamiento de información procedente de nuestras percepciones. Este es en general nuestro estado consciente o de vigilia, de vigilancia.
Cuando dormimos nuestras neuronas reducen el ritmo de pulsación entre 14-7 pulsaciones por segundo, generando lo que se conoce como ondas alfa. Es un sueño reparador donde nuestro cerebro descansa, nuestra mente se identifica con el cuerpo e interpreta los fenómenos corporales a través de imágenes. Así se producen los sueños. En el sueño nuestra mente conecta con nuestro cuerpo y utiliza imágenes oníricas para interpretar los fenómenos corporales. La actividad mental del sueño requiere un menor número de pulsaciones de nuestro cerebro, un nivel más bajo, y al conectar con el cuerpo, la mente se relaja y el cuerpo elimina tensiones musculares, que normalmente se experimentan en estado de alerta y vigilancia.
La tercera frecuencia es la de las ondas theta, correspondientes al sueño profundo, estas ondas son de 7 a 4 pulsaciones por segundo, por debajo de estas pulsaciones nos encontraríamos con el estado de coma.

EL YOGA Y LA EXPLORACIÓN DE LA MENTE: El yoga estudia la mente desde dentro, explora los fenómenos mentales de forma subjetiva. Desde el exterior podemos medir las ondas cerebrales, las pulsaciones de las células del cerebro. Pero, ¿qué se produce en nuestra mente? ¿cómo experimentamos los estados de la mente cuando ésta se sumerge en frecuencias de onda más baja? El yoga, en general, son métodos que permiten entrar en estados de frecuencia de onda más baja a la mente en estado beta de vigilia. Al despertar la conciencia corporal cuando la mente percibe el cuerpo o partes del cuerpo, se va reduciendo la frecuencia de pulsación de las ondas cerebrales. Los estados inducidos de trance o hipnosis suelen utilizar métodos yóguicos y de meditación. Por ejemplo, focalizando la atención en la respiración la mente desconecta de los sentidos y entra en estado alfa, a medida que se repite diariamente este ejercicio la mente entra con más facilidad y rapidez en estado alfa. Esto siempre es así, la primera vez que intentamos desconectar nos cuesta mucho, pero si establecemos un ritmo diario, todos los días a la misma hora, la mente entra con facilidad en estados de calma y se sumerge en las ondas alfa rápidamente. Los yoguis llamaban a esta práctica regular sadhana o disciplina, que facilita la meditación y la relajación; un sadhu es un yogui que practica una sadhana. Otra práctica yóguica muy frecuente es la de focalizar la atención en distintas partes del cuerpo, por ejemplo, comenzando por los pies, las piernas, los órganos del tronco, los hombros, los brazos, las manos, el cuello, la cabeza y los músculos de la cara... así poco a poco el cuerpo se va relajando y la mente va entrando en estado alfa. A esto se lo conoce como yoga-nidra, el yoga de los sueños. La repetición de mantras como una letanía también tiene la capacidad de inducir a la mente a un estado similar.

El yogui entra en estado alfa sin estar dormido y así puede explorar el comportamiento de la mente en estado de trance. Las sadhanas tántricas del budismo tibetano, por ejemplo, son complejas imaginaciones guiadas, que permiten explorar los estados de la mente en estado de trance alfa. El estado alfa también nos reconecta con nuestro subconsciente, con el mundo onírico. Así, la sadhana de un yogui es similar a un sueño, pues suceden cosas extraordinarias que tienen una traducción corporal. Por ejemplo, imaginar que una deidad tántrica iracunda nos corta el cuerpo en trocitos hasta que no queda nada y los disuelves en una calavera, es una imaginación que nos permite sumergirnos en estados mentales mucho más profundos, donde la mente va perdiendo los puntos de focalización y queda suspendida en una sensación de vacío, esto permite entrar en estado theta, con un frecuencia de onda todavía más baja.

La práctica del hatha-yoga clásico, comenzaba con determinadas posturas que estiraban y abrían las ramificaciones nerviosas del cuerpo, con posturas invertidas que llevaban la sangre a la cabeza, continuaban focalizando la mente en la respiración, y luego utilizaban técnicas de interiorización y percepción interior, induciendo a la mente a entrar en estados de trance cada vez más profundos. Ello terminaba, en distintos estados de samâdhi, en que de forma consciente se conectaba con las capas más profundas de la mente, esto es, en estados de frecuencia de onda muy bajos.

¿Cuál era el objetivo? Sin duda, el objetivo de explorar la mente en frecuencias de onda baja era prepararse para la muerte, lo que todos los yoguis, tanto hindúes como budistas, buscan es la continuidad de la conciencia cuando la mente se separa del cuerpo, esto es, la inmortalidad. Los yoguis piensan que solo conectando con la mente más sutil, la que vibra a frecuencias más bajas, es posible mantener la conciencia cuando la mente se separa definitivamente del cuerpo.

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