EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

viernes, 14 de septiembre de 2018

CAMINOS DEL EXTASIS HACIA LA INMORTALIDAD, por Juan Almirall



YOGA, TANTRA Y ALQUIMIA

Los Caminos Orientales que conducen a la Inmortalidad incluyen necesariamente prácticas extáticas y trabajan con las corrientes que produce el orgasmo. Estos Caminos son principalmente tres: el Hatha Yoga, el Tantra Budista y la Alquimia Taoísta o Niedan. El Hatha Yoga nos llega muy fragmentado, con pocos textos traducidos para poder reconstruir las verdaderas prácticas extáticas, pero estas se intuyen de ciertas técnicas, como son mulabandha, vajroli mudra, siddhasana, etc. Estas técnicas demuestran que el Hatha Yoga incluía prácticas de manipulación de energía sexual. Sin embargo, el puritanismo indio llegó a discriminar de tal manera a sus practicantes, que solo pervivieron linajes marginales de hacha-yogis y las técnicas diseminadas en diferentes Tantras de los que todavía no tenemos traducciones solventes.
El caso del Tantra Budista es diferente, allí las técnicas se han conservado, pero en el seno del clero budista, los lamas, que entre otras cosas son mayoritariamente célibes y conservan las prácticas sexuales en secreto. Si bien, es evidente la existencia de las mismas en algunos Tantras como son el Guhyasamja o Chakrasamvara, donde hay explícitas referencias a prácticas sexuales con deidades tántricas. Dichas prácticas son, sin embargo, muy difíciles de acceder si no es de la mano de un Guru Vajra y una completa entrega a la práctica y al Guru.
Con la Alquimia Neidan recogida en el Canon Taoísta nos encontramos con una situación algo diferente, abiertamente publicado, presenta una gran dificultad de traducción, no solo por la lengua china sino por el uso de conceptos misteriosos, uso que comparte con la Alquimia occidental. Algunos maestros taoístas nos presentan sus concepciones heredadas de sus maestros. Sin embargo, es mucho lo que se puede sacar en claro de las diferentes obras sobre el Neidan. La Alquimia Taoísta nos puede ayudar a encontrar un sentido al resto de prácticas fragmentadas, perdidas o simplemente intencionadamente veladas.

LOS TRES CALDEROS DE CINABRIO Y LAS TRES MEZCLAS

De la Alquimia Taoísta podemos extraer algunas conclusiones que nos permitirán encontrar correspondencias con las otras tradiciones y entender mejor el sentido de las prácticas de sublimación de energía sexual a partir de las corrientes del orgasmo en el contexto de prácticas meditativas o preparatorias de prácticas meditativas, tanto en el Hatha Yoga como en el Budismo Tántrico.
El Neidan contempla la existencia de tres Calderos de Cinabrio o Tantien, uno inferior a la altura del ombligo, uno medio a la altura del corazón y un tercero a la altura del triángulo entre los ojos y el entrecejo.
En el primer Tantien se recoge el líquido seminal y la energía del orgasmo denominada Jing y se mezcla con el Qi, la fuerza vital o Prâna de los indios, que básicamente se corresponde con las sensaciones corporales producidas en la actividad respiratoria. Cuando respiramos el aire entra por el circuito respiratorio hasta los pulmones, sin embargo, la respiración implica y activa muchas otras partes del cuerpo, una parte fundamental que el yogi puede reconocer con facilidad son los tres canales sutiles en la parte frontal de la columna vertebral. El aire o su vibración se mezcla en el primer Tantien, a la altura del ombligo, durante el orgasmo con el Jing, la esencia vital. Para ello el alquimista, yogi o mahasiddha (como se conocía en la India y Tíbet a estos maestros del Yoga), debía tener la capacidad de absorber el fluido vaginal con el pene, es decir, el pene no es para el yogi solamente un órgano de excreción, sino también de absorción, íntimamente ligado con la vibración de la respiración, el Qi o el Prâna. De hecho, cuando llegaba un sabio inmortal a la Corte del Emperador, éste le pedía que introdujese su pene en un vaso de vino y que absorbiera el líquido.
La idea que subyacía tras esta práctica era que cuando el pene eyaculaba durante el coito podía dejar embarazada a la mujer de un embrión corporal, sin embargo, si el yogi absorbía el líquido vaginal, él quedaba preñado de un embrión espiritual, la Perla, que se transformaba, por medio de complejas prácticas en un doble de naturaleza espiritual e inmortal.
Tras la absorción del Jing y la conversión del Yin femenino en Yang masculino y celestial, el yogi debía trabajar la fusión de la energía de los cinco elementos en el Tantien, dotando al embrión espiritual de energía de los cinco órganos para poder crear su propia corporeidad. Después seguía trabajando el embrión en el segundo Tantien, a la altura del corazón donde la Perla era dotada de aspectos anímicos o astrales, y básicamente refinaba las cualidades anímicas proporcionadas por los cinco elementos que se encuentran diseminados por todo el cosmos, así gracias al fuego del corazón, el embrión se convertía en una criatura dotada de una mente compasiva, surgida por la fuerza del éxtasis. Las cinco fuerzas espirituales son los cinco espíritus o Shen de los cinco órganos. El Shen o espíritu era dotado de fuerza vital, Qi.
En la última etapa del Neidan u Obra Alquímica, el Espíritu se unía con el Tao en el Tantien superior, en la cabeza, allí el Espíritu quedaba vinculado a la oquedad propia del Tao o a la Vacuidad del Budismo Mahayana. En el Tantra hindú esto se encuentra representado por la unión de Shakti-Kundalini con Shiva, entendido éste último como una representación del Brahman, lo Absoluto y Eterno. Esto permitía al yogi entrar en un estado de completa identificación con lo absoluto, un verdadero estado de no-dualidad, donde la mente está atrapada por el éxtasis y la experiencia contemplativa de lo Ilimitado. Esta práctica se denominaba fijar el Shen o Espíritu y requería de una completa y absoluta quietud contemplativa, descrita a menudo de forma muy similar a la práctica de Zazen. Así Gozo o Extasis es unido con la Vacuidad del Tao, en la tercera etapa de la Obra Alquímica. Y así nacía el Doble Inmortal, un Espíritu dotado de mente y cuerpo energético, que iba a habitar con el resto de Inmortales en el Monte Hua.

"En la remota montaña Gueshe habitan hombres espirituales, de piel blanca como la nieve, y por su belleza y dulzura semejantes a una doncella. No se alimentan de los cinco cereales, sino del viento que respiran y del rocío que beben. Cabalgan las nubes, montan voladores dragones y así viajan hasta más allá de los cuatro mares. Fijando su espíritu (Shen) hacen que los seres no sufran menoscabo, y que maduren las cosechas." Zhuang Zi.

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