EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

martes, 17 de marzo de 2015

AMOR Y LIBERTAD

Tengo un amigo que siempre me insiste en que lo más importante es el amor. Creo que tiene razón. Pero la cosa no es tan fácil. En primer lugar habría que aclarar qué es el amor. Yo intuitivamente le contesto que para mi, primero es la libertad, ya que sin libertad no puede haber amor. Y la discusión continúa a base de oponer estos y otros tópicos. Pero si lo pensamos detenidamente mi intuición tiene sentido, "sin libertad no hay amor", por tanto, hay que alcanzar primero la libertad, cuanta más libertad tengamos mayor será nuestra capacidad de dar amor. Bueno, dejemos los tópicos a un lado (si eso fuera posible tratándose de estos temas) y vayamos al análisis:

1) ¿Qué podemos entender por "amor"? Lo primero es aclararnos sobre lo qué es el amor. Y aunque vuelva a sonar a tópico mi mejor ejemplo es el Sol. El Sol irradia su luz sobre todas las criaturas, buenas y malas, guapas y feas, ricas y pobres, no selecciona, no juzga, está bien en cualquier momento y situación, siempre da su luz a todos los que la buscan, sin pedir nada a cambio. Por eso el Sol simboliza al Espíritu, al espíritu más excelso que el ser humano puede expresar. El amor es la expresión del Espíritu Humano más elevado, capaz de darlo todo a quien se lo pida, sin filtros mentales, sin condiciones, sin limitación. Brota de nuestra fuente interior, el corazón, un manantial de luz y vida inagotable.

2) ¿Porqué sin libertad no puede haber amor? Muy sencillo, porque si hay condicionantes mentales, del tipo que sean, siempre habrán filtros para el amor. No habrá la posibilidad de dar plenamente y sin restricciones. Sin libertad hay sumisión, dependencia, dominación, instinto de conservación y posesión... las relaciones humanas se asentarán sobre bases falsas, existirán segundas intenciones, no habrá una generosidad plena. Es por ello que hay que alcanzar primero la libertad de todos los condicionamientos mentales. Y los condicionamientos mentales más evidentes tienen la forma de nuestros padres.

3) Nuestros padres y el misterio de la vida. Nuestros padres además de darnos nuestro ser, nada menos, mantienen una relación con nosotros a lo largo de nuestra vida, están muy presentes a lo largo de las duras etapas de formación de nuestra identidad, así que, aunque tal vez no nos den una identidad, contribuyen muy clara y activamente a ello. Nuestra relación paterno-filial pasa por muchas etapas, y creo que así debería ser (cuantas más mejor). Por eso, pienso que es probable que aquellos que abandonan el nido demasiado pronto, y a veces, con un portazo, se llevan consigo un misterio por resolver, que puede ser la causa de grandes condicionamientos mentales. Nuestros padres, en realidad, no son solo el Sr. y la Sra. tal, sino todos los valores que lo masculino encarna en nuestra mente y todo lo femenino que vive en nuestra alma.

4) Sangre y semen. Nuestro padre y nuestra madre psíquicos, aquellos a los que verdaderamente buscamos e intentamos integrar, para que nos den la libertad ansiada, están representados en última instancia por la sangre materna y el semen paterno. Sangre roja y sangre blanca son nuestra madre y nuestro padre. Nacimos de la lubricidad y nos sentimos inclinados hacia ella. La sangre y el semen dominan nuestra existencia y se proyectan en nuestros padres, pero también en nuestras parejas, en las personas que se cruzan en nuestro camino, nuestros compañeros de trabajo, amigos, amantes, etc. Todas nuestras relaciones están condicionadas por lo que este doble misterio proyecta en el mundo. Modela nuestro carácter y genera nuestras motivaciones en la vida. Y, por último, también se proyecta hacia la muerte.

5) Las visiones del Bardo. Dicen que tras la muerte, cuando los diversos aspectos que configuran nuestra compleja naturaleza se van disolviendo por etapas, vivimos un sueño en el que se nos presentan distintos seres excelsos y tenebrosos copulando. Y al final del sueño vemos a nuestros futuros padres copulando y nos enamoramos de uno de ellos. A lo largo de la vida, este padre o esta madre amados, se nos aparecen en los sueños o en la forma pareja, de un jefe del trabajo, por ejemplo, y dirige nuestras vidas; hay quien encuentra un gurú que encarna a su padre, o quien cree en un Dios paternal que le castiga o una dulce Virgen que le protege, en el fondo, proyecciones mentales de ese misterio no resuelto de nuestra vida. Por ello, sin resolver el misterio de nuestro nacimiento, sin descubrir y aceptar a nuestros verdaderos padres psíquicos, no hay posibilidad de ser libres. Y sin libertad no habrá amor, porque siempre estará ese padre severo haciéndonos sentir culpable, o esa madre que nos abandonó a nuestra suerte y que buscamos en las relaciones de pareja, y un largo etc. de situaciones que crean filtros mentales y nos impiden dar amor incondicional.



  

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