EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

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miércoles, 2 de abril de 2014

LA FUERZA DEL GRUPO: EL ARQUETIPO (2ª PARTE)

Un grupo de personas es capaz de generar un patrón de energía determinado, eso permite que todos los participantes entren en contacto con ella y que ésta despierte su equivalente psíquico, de manera que el grupo la pueda activara conciencia. Estas energías que responden a un patrón psicológico, como puede ser la "energía del corazón", se la llame como se la llame (rosa del corazón, ser interior, yo soy, bodichita, compasión, devoción, bhakti yoga, etc.), en realidad, permanecen latentes en todo ser humano y el contacto con el grupo permite despertarla o activarla. De la misma manera a como se contagia el entusiasmo en un partido de fútbol, cuando una persona se pone a gritar y muchas otras le acompañan. Esta es un gran fuerza del grupo. Pero hay más, o debería haber más. Ese patrón energético debería convertirse en un arquetipo. ¿A qué me refiero aquí utilizando la palabra "arquetipo"? A una cierta forma o figura que represente dicho patrón. Como por ejemplo una estatua de un Buda, realizada según determinados cánones. Ahora bien, generar una cierta energía no es difícil, al menos las más básicas son fáciles de generar porque constantemente estamos echando mano de ellas, fácilmente nos enfadamos, liberamos tensiones, envidiamos a otros, nos sentimos desgraciados, o como en las crisis donde todo el mundo está asustado y se producen unos comportamientos colectivos que repercuten en la economía de todo un país. El miedo es una energía psíquica muy básica y muy fácil de congregar. Más difícil es encontrar un grupo con ideales elevados que permita despertar energías elevadas, que respondan a ideales como la generosidad, la bondad, la pureza o la compasión, etc., aunque haberlos haylos, en el anterior post hablé de algunos.
Pero una vez el grupo es capaz de despertar un determinado patrón de energía psíquica, el siguiente paso debería ser crear un arquetipo, una figura que la represente y encarne, y que se pueda convertir en el referente espiritual del grupo. Al menos así se ha hecho siempre. Toda religión iniciática o sociedad mística que utilizaba iniciaciones tenía un arquetipo de esta naturaleza. La Francmasonería tenía a Hiram Abiff, es el modelo del Maestro Masón; la Rosacruz a Cristián Rosacruz modelo del Místico Cristiano y Alquimista; el Crisianismo en sus orígenes a Jesucristo; en Oriente el budismo a Buda, y en las distintas sectas hindúes a todos los dioses, como en otro tiempo sucedía en Occidente.
El gran problema de hoy es que ni se trabaja con patrones ni los arquetipos sirven a estos fines. Un arquetipo para que lo fuera, no podía representar nunca a una persona concreta, es decir, no debía estar demasiado humanizado, sino que su creación respondía a estrictas reglas y cánones de ejecución. Las medidas de este arquetipo no podían ser cualquier cosa, sino que debían responder a determinados Números y Figuras que resonaran con el patrón energético que se quería representar. El grupo debe tener un arquetipo, un referente espiritual que encarne el patrón energético, pero que no puede ser cualquier cosa. Toda energía en el Universo se expresa según el Número, la Figura y el Sonido. Por eso, cada arquetipo tiene un mantra y una imagen que lo representa, no con la intención de personalizarlo, ni tampoco para generar con ella una fe ciega, sino para que el grupo resuene energéticamente viéndolo o repitiendo el nombre del devata. Y además, el Templo debe responder a las precisas medidas de desarrollo de ese patrón energético, de manera que todo en el Templo remita a la Figura central de la Divinidad, que no es otra cosa que una determinada concreción viva de fuerza psíquica, que busca despertar a quien se introduce en el Templo esa energía. Pero es más, si esa Figura Divina cobra fuerza y vida, será capaz de penetrar en nuestros sueños y venirnos a buscar tras la muerte y liberarnos, para acompañarnos a aquel espacio energético en el más allá donde la Figura Divina se despliega, que no es otra cosa que el espacio inmaterial donde esa figura se ha creado. Para dar intensidad a la relación con la Divinidad los nuevos integrantes del grupo son "iniciados" reciben el permiso para entrar en el Templo, ver la Figura Divina y aprenden su nombre, el mantra y las fórmulas mágicas que permiten el contacto directo con esta Divinidad.
Una vez se ha purificado intensamente el Templo, se ha depurado la Figura para que pueda conectar con una energía muy elevada, habrá un grupo de personas, dentro del grupo o religión, que se consagre al servicio del Devata, y adopten el compromiso de mantener una práctica constante, bien repitiendo el nombre, bien repitiendo los rituales diarios de servicio a la Divinidad, hasta que terminen por identificarse con la Divinidad, entonces aquellas personas recibirán el Nombre del Dios, o un Nombre relacionado con aquella Fuerza o Energía sublime.
Esto es lo que intentaron hacer los maestros rosacruces del siglo XX, pero se perdieron por el camino, les faltó la capacidad de concretar una fuerza, en algún caso, de disciplinar una práctica, en otro, o de generar un arquetipo referencial, para que los iniciados pudieran convertirse en verdaderos rosacruces. El miedo de estos últimos fue crear una figura humana que encarnara el arquetipo con un aspecto demasiado personal, pues se quedaron en la etapa de formación del grupo capaz de liberar fuerzas de forma impersonal. ¡En fin, al final todos quedamos atrapados por nuestro propio discurso!

lunes, 31 de marzo de 2014

¿CAMINAR EN GRUPO O CAMINAR EN SOLITARIO? PATRONES Y ARQUETIPOS (1ª PARTE)

¿Cómo es posible que las aves vuelen juntas de forma tan ordenada? En el mundo animal salvaje (el poco que queda), se pueden observar fenómenos como el vuelo ordenado de las aves, o el movimiento conjunto de una manada, como si respondieran a un patrón común. Esto es más difícil de reconocer en los seres humanos, pues, supuestamente, gozamos de una conciencia individual que nos hace a cada uno único e irrepetible, pero digo esto "supuestamente", porque la realidad es que vistos en conjunto, los habitantes de una ciudad, por ejemplo, tienen un "no se qué" de muy parecido, todos hacemos cosas no tan distintas, por no decir que hacemos todos más o menos lo mismo. No entraré en el tema de los campos mórficos y la resonacia morfogenética de Rupert Sheldrake, porque sería complicarlo mucho. Lo único que me gustaría hacer aquí es constatar un fenómeno con el que me he encontrado en los distintos grupos místicos y espirituales que he conocido y que me proporciona alguna respuesta a la pregunta: ¿caminar en grupo o caminar en solitario?
Curiosamente, pese a que la mayoría de grupos místicos y espirituales (que en adelante voy a llamar simplemente grupos), pese a tener amplias y profundas filosofías, resuenan a un único patrón "energético" desde el punto de vista espiritual. En general, en estos grupos hay una idea nuclear aglutinadora a la que todo el grupo responde de forma clara y evidente. Me explicaré mejor, en uno de estos grupos había una idea que se repetía hasta la saciedad en todas las conferencias y actividades, y era la idea de la existencia de un átomo espiritual latente en el corazón del ser humano. Pese a que el grupo tenía una filosofía muy amplia y profunda, todos resonaban y reaccionaba, principalmente, cuando escuchaban esta idea, y esta idea generaba una fuerza muy perceptible, es decir, que era posible experimentar de forma muy real ese átomo espiritual en el corazón, todos los miembros del grupo resonaban con esa idea porque todos lo habían experimentado, hasta el punto que otras personas sensibles que se acercaban podían llegar a sentir lo mismo. ¿Curioso, verdad? Pues cuál fue mi sorpresa al comprobar que en otro grupo resonaba de igual forma con otra idea. En este otro grupo resonaban con la idea de que procurar la felicidad de los demás es una forma de procurar la propia felicidad. En este grupo pude experimentar que cuando salía de los encuentros sentía de forma intensa la verdad de la idea y me sentía muy impulsado a buscar la felicidad de los demás.
Cuando hablo de "energético" me refiero a una cierta fuerza mental, emocional y de acción que nos empuja a pensar, sentir y actuar en una determinada dirección. Un patrón energético solo puede desplegarse en grupo, ya que son fruto de la energía que genera un grupo de personas. En un cierto sentido, estos patrones son muy útiles en el camino espiritual, que, insisto, es ante todo un camino individual, pues nos permite activar fácilmente una determinada energía. Os pondré un ejemplo, durante veinticinco años he sido vegetariano porque estaba en un grupo en el que todos lo éramos, cuando abandoné el grupo no me ha sido tan fácil seguir siéndolo, he tenido que tomar la decisión de seguir siéndolo y sacar de mi mismo la fuerza para mantener dicha decisión.
En el grupo es posible conectar con ciertos patrones energéticos que pueden ser muy útiles en el propio camino, también nos ayudan a desarrollar una gran tolerancia. Por lo que el camino en grupo siempre es interesante. Pero ello tiene un riesgo. De lo que he expuesto hasta ahora se podrá deducir que hay distintos patrones energéticos, en el grupo A trabajan el patrón A pero no el patrón B, por lo que, por más energía que se ponga en el patrón A, el patrón B no se va a poder desarrollar nunca en este grupo, es más, si se desarrolla un patrón B en el grupo A, es muy posible que dicho grupo se sienta amenazado, pues el grupo no está capacitado para reconocer el patrón B, lo sentirán como extraño y hasta como una amenaza. El riesgo es que el patrón B puede ser el siguiente paso en tu camino individual, por lo que es muy probable que tengas que dejar el grupo A, pues allí no puedas trabajar el patrón B.
Un patrón energético crea un campo, una matriz, donde la energía está muy presente y activa, si el grupo trabaja con dedicación e intensidad el patrón será muy fuerte. Pero el campo energético tiene sus límites, sus fronteras, que lo protegen y no dejan entrar otras energías que responden a otros patrones energéticos. Esto, por otra parte, no es tan extraño, se da en muchos ámbitos donde hay grupos humanos. Los ocultistas llamaban a este patrón "egregor". Estos patrones colectivos pueden tener una fuerza mayor si además el patrón toma una forma determinada, entonces hablamos de Arquetipos, de los que trataré más adelante. El mejor sistema para reconocer a estos "egrégores" es: un sano sincretísmo en la práctica espiritual, una buena formación cultural y una clara conciencia individual. Esto nos permitirá poder trabajar en grupo con lucidez y sobre una base individual sólida.