Ayer finalizaron las Jornadas Ibéricas de la Sociedad Teosófica, que trataron el tema del Pensamiento Hermético. Todo
lo que sucedió en estos días merece
una detallada atención, pues parecía como si se nos estuvieran revelando nuevas
posibilidades, nuevas formas de trabajo. Una primera cuestión que merece atención son las impresiones expresadas por el grupo de participantes, porque algunos experimentaron las presentaciones como muy densas, mucha información, muchos
temas de estudio, muy inquietantes… Pero todos experimentamos una fuerte unidad de
todo el grupo, una verdadera Fraternidad. Y es que el Pensamiento Hermético nos
unió, pese a la densidad de los conceptos e ideas que contenía, todos nos
sentimos muy unidos, fraternalmente unidos ante un tremendo desafío: ¡la comprensión
del Mensaje de Hermes! En mi opinión este desafío nos
estaba confrontando con cuestiones muy importantes, con formas de trabajo
nuevas, y para explicarlo analizaré brevemente algunos de los conceptos
herméticos que estudiamos:
El
Logos: Hermes es el Logos, es el Manas superior, la mente abstracta de cada uno
de nosotros intentando captar la esencia profunda de toda la Creación. Manas
superior es la mente que aspira a Buddhi, la Mente Búdica, cuya naturaleza es Compasión y Vacuidad. Todos los participantes de las Jornadas trabajamos
al más alto nivel que nuestro Manas superior nos permitió.
La
Gnosis: gnosis no es solo conocimiento, es la sustancia búdica, es la
propia Mente Búdica Universal, es el Conocimiento Secreto o la Sabiduría Divina
misma. Es Conocimiento unificador y Fuerza. En nuestro encuentro Buddhi se
manifestó como una nube por encima de nuestras cabezas invocada por nuestra
aspiración y nuestra unidad. Y fue precisamente nuestra aspiración común la que nos permitió
experimentar la Unidad, la Fraternidad que la Gnosis aporta.
La
Crátera o el Grial: Buddhi es como una copa llena de Sabiduría y Fuerza,
que solo la aspiración del grupo podía invocar. Todos bebimos de esta Copa
Sagrada, que nuestra aspiración invocó. El Grial es una concentración de Fuerzas de esta Mente Búdica. Este Grial también se manifiesta en los Rituales de
Sanación de la Sociedad Teosófica y otros grupos, donde los nombres de los enfermos son sumergidos en la Copa de Fuerza
Buddhica que es Luz, Unidad, Sabiduría y Curación. El Buda presentaba su Sabiduría como un remedio curativo y el Camino como un proceso de curación de los tres venenos, ignorancia, odio y apego.
La
Piedad Hermética: Es el silencio de Manas superior cuando recibe las
Fuerzas de la Gnosis, es el Silencio en el Templo del Grial. Esto nos confronta
con nuevas formas de trabajo.
La
Alquimia: Es el arte de la transformación de los Elementos, nuestro
vehículo etérico es el que permite que nuestra mente se manifieste, los cuatro
éteres inferiores soportan las mentes más básicas, el quinto éter sustenta a
Manas superior. La Alquimia es la herramienta para transformar estos cinco
éteres, purificarlos, es el arte de la Metamorfosis o la Transfiguración. No solo
hay que conectar con la Mente Buddhica sino que hay que construir el vehículo
que la pueda manifestar.
El
Noûs o Poimandres: El Noûs es el Hombre Nuevo, es ese vehículo, una figura inmensa de unos éteres
muy puros que sustenta la Mente Buddhica, es el Hombre Rojo, surgido del
proceso alquímico.
Cierto, creo que en conjunto hemos dispuesto un gran cáliz, con el anhelo de llenarlo de ese elixir de vida que es de naturaleza eterna. Fue un encuentro ocultamente trascendente y que su proyección tardará en asimilarse.
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