A mediados del siglo XIX el número de masones en Europa y
América se contaba por miles. Era una organización fraternal que había
conservado diversos rituales donde se recreaban diferentes corrientes místicas
del pasado. Desde principios del siglo XVIII había experimentado un gran
crecimiento, convirtiéndose en la Fraternidad Universal no religiosa más grande
conocida en la historia de la humanidad. Sin embargo, el hecho de ser una
sociedad tan grande había generado diferentes conflictos en su seno, se habían
creado diferentes federaciones de logias o Grandes Logias con tendencias diferentes
y solo admitía hombres. Por otra parte, la Masonería se comprometió con la reforma de la sociedad feudal y la erradicación de la superstición, para lo cual impulsó la educación, la implantación de la razón y el desarrollo de la ciencias racionales. Todo ello le fue apartando del carácter espiritual y místico que tenía en su origen. Los masones se reúnen en sus logias bajo el símbolo de un triángulo denominado Delta, ante las tres luces, la Biblia, la escuadra y el compás (símbolos del arte masónico) y entre tres columnas que representan la Sabiduría, la Fuerza y la Belleza, dispuestas en forma triangular.
En 1875 Helena P. Blavatsky, el coronel Olcott y William Judge fundaron la Sociedad Teosófica en Nueva York con el siguiente ideario: Formar un núcleo de la fraternidad universal de la humanidad, sin distinción de raza, sexo, casta o color; fomentar el estudio comparativo de religiones, filosofías y ciencias e investigar las leyes inexplicadas de la naturaleza, y los poderes latentes en el hombre. En estos tres ideales se escondía, entre otras muchas cosas, la intención de reformar la Masonería, que tal como decía Blavatsky en su obra de 1977, Isis sin velo: "conviene advertir que ha llegado el tiempo de restaurar la masonería y restituirla a los límites que le señalaron las primitivas hermandades, con cuyo espíritu se envanecían en el siglo XVIII los fundadores de la masonería puramente especulativa. Desde entonces ya no hay secretos masónicos, pues la Orden va convirtiéndose en una asociación degradada por gentes egoístas y malévolas." La nueva Masonería Universal no debía discriminar por razón de sexo, la misma HPB fue reconocida por John Yarker, autoridad máxima de la Orden masónica de Manfis-Misraim, como Princesa Coronada 12º. Yarker mantuvo una gran amistad con HPB y fue miembro de la Sociedad Teosófica, al igual que muchos masones americanos y europeos. Posteriormente, Annie Besant, segunda presidenta de la Sociedad Teosófica, también fue miembro activo de la Co-masonería mixta en Inglaterra. Y no podemos dejar de citar al Dr. Rudolf Steiner quien también trabajó con el Rito egipcio de Menfis-Misraim, y mantenía la necesidad de introducir el elemento mágico y femenino en la Masonería para permitir el desarrollo espiritual de toda la humanidad "aunque hoy solo podemos caracterizar a la Masonería como una caricatura del gran Arte Real, no debemos claudicar en el intento de despertar las fuerzas que en ella residen, un trabajo que nos corresponde paralelamente al movimiento teosófico". La necesidad de explorar la sabiduría de las religiones, filosofías y ciencias era igualmente una necesidad urgente para evitar el deterioro espiritual de la Masonería. Y finalmente se presentó un nuevo Delta o Triángulo que constituía la Trinidad Humana Superior, el desarrollo que el ser humano tiene que alcanzar en su proceso de elevación espiritual, este Triángulo estaba formado por la trinidad Manas-Buddhi-Atman, conceptos orientales extraídos del Budismo Esotérico. Manas o la mente humana más elevada y sublime, Buddhi o Alma espiritual, y Atman, la Mónada Divina en el ser humano. Este nuevo Triángulo espiritual tenía que dotar a la Masonería de un nuevo fundamento y de un nuevo objetivo de desarrollo para miles de masones, que formaban las élites políticas, culturales, económicas y sociales de Europa y América y propiciar así una reforma espiritual universal. Rudolf Steiner habló de la Masonería del Santo Grial como aquella caracterizada por el "auto-sacrificio". La verdadera fraternidad surge cuando los seres humanos se unen fraternalmente y generan una fuerza "que es universal en todos los seres humanos y que se expresa en el intelecto de aquella gran unidad sobre la que no puede haber discusión, se llama Manas. Y cuando los seres humanos hayan logrado unirse, no solo de acuerdo a su intelecto, sino también a sus percepciones y sentimientos, armonicen en su más profunda vida anímica y se encuentren en aquello que es noble y bueno, encontrándose en amor hacia objetivos comunes, del mismo modo en el que lo logran hoy en aquello que demuestra que dos más dos son cuatro y que tres por tres son nueve, habrá llegado el tiempo en el que el ser humano será capaz de transformar la materia viva." Steiner consideraba que en la Masonería podía surgir la Fraternidad del Santo Grial, un grupo unido en el sentir, pensar y percibir, llevando una vida objetiva en el amor y vertida al servicio de la humanidad, capaz de transformar la materia viva, en definitiva expresar el segundo principio de la nueva Trinidad: Buddhi, la Mente Búdica cuya naturaleza es la unión de la compasión y la vacuidad (la ausencia total de ego).
En 1875 Helena P. Blavatsky, el coronel Olcott y William Judge fundaron la Sociedad Teosófica en Nueva York con el siguiente ideario: Formar un núcleo de la fraternidad universal de la humanidad, sin distinción de raza, sexo, casta o color; fomentar el estudio comparativo de religiones, filosofías y ciencias e investigar las leyes inexplicadas de la naturaleza, y los poderes latentes en el hombre. En estos tres ideales se escondía, entre otras muchas cosas, la intención de reformar la Masonería, que tal como decía Blavatsky en su obra de 1977, Isis sin velo: "conviene advertir que ha llegado el tiempo de restaurar la masonería y restituirla a los límites que le señalaron las primitivas hermandades, con cuyo espíritu se envanecían en el siglo XVIII los fundadores de la masonería puramente especulativa. Desde entonces ya no hay secretos masónicos, pues la Orden va convirtiéndose en una asociación degradada por gentes egoístas y malévolas." La nueva Masonería Universal no debía discriminar por razón de sexo, la misma HPB fue reconocida por John Yarker, autoridad máxima de la Orden masónica de Manfis-Misraim, como Princesa Coronada 12º. Yarker mantuvo una gran amistad con HPB y fue miembro de la Sociedad Teosófica, al igual que muchos masones americanos y europeos. Posteriormente, Annie Besant, segunda presidenta de la Sociedad Teosófica, también fue miembro activo de la Co-masonería mixta en Inglaterra. Y no podemos dejar de citar al Dr. Rudolf Steiner quien también trabajó con el Rito egipcio de Menfis-Misraim, y mantenía la necesidad de introducir el elemento mágico y femenino en la Masonería para permitir el desarrollo espiritual de toda la humanidad "aunque hoy solo podemos caracterizar a la Masonería como una caricatura del gran Arte Real, no debemos claudicar en el intento de despertar las fuerzas que en ella residen, un trabajo que nos corresponde paralelamente al movimiento teosófico". La necesidad de explorar la sabiduría de las religiones, filosofías y ciencias era igualmente una necesidad urgente para evitar el deterioro espiritual de la Masonería. Y finalmente se presentó un nuevo Delta o Triángulo que constituía la Trinidad Humana Superior, el desarrollo que el ser humano tiene que alcanzar en su proceso de elevación espiritual, este Triángulo estaba formado por la trinidad Manas-Buddhi-Atman, conceptos orientales extraídos del Budismo Esotérico. Manas o la mente humana más elevada y sublime, Buddhi o Alma espiritual, y Atman, la Mónada Divina en el ser humano. Este nuevo Triángulo espiritual tenía que dotar a la Masonería de un nuevo fundamento y de un nuevo objetivo de desarrollo para miles de masones, que formaban las élites políticas, culturales, económicas y sociales de Europa y América y propiciar así una reforma espiritual universal. Rudolf Steiner habló de la Masonería del Santo Grial como aquella caracterizada por el "auto-sacrificio". La verdadera fraternidad surge cuando los seres humanos se unen fraternalmente y generan una fuerza "que es universal en todos los seres humanos y que se expresa en el intelecto de aquella gran unidad sobre la que no puede haber discusión, se llama Manas. Y cuando los seres humanos hayan logrado unirse, no solo de acuerdo a su intelecto, sino también a sus percepciones y sentimientos, armonicen en su más profunda vida anímica y se encuentren en aquello que es noble y bueno, encontrándose en amor hacia objetivos comunes, del mismo modo en el que lo logran hoy en aquello que demuestra que dos más dos son cuatro y que tres por tres son nueve, habrá llegado el tiempo en el que el ser humano será capaz de transformar la materia viva." Steiner consideraba que en la Masonería podía surgir la Fraternidad del Santo Grial, un grupo unido en el sentir, pensar y percibir, llevando una vida objetiva en el amor y vertida al servicio de la humanidad, capaz de transformar la materia viva, en definitiva expresar el segundo principio de la nueva Trinidad: Buddhi, la Mente Búdica cuya naturaleza es la unión de la compasión y la vacuidad (la ausencia total de ego).
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