EL CÍRCULO DE LA SABIDURÍA

El Círculo de la Sabiduría recoge las conclusiones de mi búsqueda interior y de mi trabajo de meditación. He consagrado mi vida a la búsqueda interior y, en los últimos años, he alcanzado algunos interesantes resultados que me gustaría compartir con el lector. No creo que en una cosa como es la meditación se pueda hablar de rigor científico, pero sí que es legítimo hablar de método, la “investigación interior” se puede hacer de forma más o menos metódica, sin embargo, las conclusiones, al ser completamente subjetivas, no pueden tener mayor rigor que el de la opinión. Juan Almirall

jueves, 8 de mayo de 2014

EL HILO DE ARIADNA

Mundus est fabula y seguimos fabulando... Hace cuatro mil quinientos años, los sacerdotes egipcios describieron en las imágenes del Libro del Duat el viaje del Alma del Sol por las doce estancias del Cielo durante la noche. Se supone que todas las almas deben seguir al Astro Solar. Cada estancia tenía sus dioses y sus guardianes, y en cada lugar sucedían distintas transformaciones alquímicas, el proceso de "digestión" en el vientre de la diosa Nut.
Tras la llegada de los griegos a Egipto en el siglo IV a.C., la Sabiduría egipcia fue sacada de los Templos y divulgada en un ambiente de intercambio y sincretismo. Fruto de estos intercambios surgió una Gnosis greco-egipcia que describía un viaje similar por los cielos, pero esta vez, era revelado por Jesucristo resucitado a sus discípulos. El viaje gnóstico del alma se presentaba como una catarsis o purificación, que permitía al iniciado atravesar los Trece Eones que conducen al Tesoro de Luz, en el mismo centro del Pleroma (la plenitud de la Luz). El Alma debía arrepentirse (metanoia) y convertirse en pura potencia intelectual (noûs), para poder recorrer los Trece Eones, pero precisaba de las palabras y sonidos de paso, los nombres, los sellos, los números y los misterios de cada uno de los Eones, para poder contener a los grandes Arcontes guardianes y a las veinticuatro envidiosas Emanaciones de la Luz. El complejo ritual de purificación y los Veinticuatro Invisibles, con sus sellos, nombres, números, vigilantes y palabras de paso, se describieron en la misteriosa obra titulada: El Libro del Gran Discurso Iniciático o Los dos Libros de Iaô. Este fue el gran legado de los gnósicos que heredaron los Maniqueos.
El Ritual de Salvación es formulado de nuevo por Mani, el profeta de la Luz, en el siglo III. En la cosmología maniquea la Luz se ofrece a las Tinieblas para redimirlas en distintos momentos: de la primera emanación del Padre de Grandeza surge la Madre de la Vida (la Sophia gnóstica) y de ésta el Hombre Primordial que, a su vez, evoca cinco nuevas emanaciones: el Éter, el Aire, la Luz, el Agua y el Fuego, también llamados los "miembros" o "vestiduras" del Hombre Primordial. Pero el Hombre Primordial abandona su alma a la Tiniebla que devora los elementos luminosos de su armadura de luz. El Ritual maniqueo consistía en permitir al "Intelecto Luz" que ocupase el cuerpo y restituyese los cinco miembros vivientes despertando al Hombre Nuevo (utilizando las palabras del apóstol Pablo).

EL VIAJE A ORIENTE: En el siglo IV de nuestra era, el maniqueísmo sufre importantes persecuciones por parte del Imperio cristiano, por causa de su raigambre persa. Así que inicia la ruta hacia Asia, donde encuentra una primera acogida es en los reinos greco-budistas de Gandhara y Bactria (en el actual Afganistán), allí comenzó una curiosa simbiosis con el Budismo indio. Las primeras imágenes budistas proceden del arte de estos reinos helenísticos. Mientras el maniqueismo florecía en Asia central, en Persia se debilitaba bajo el dominio de los califas. Y desde Afganistán el maniqueismo viajó hasta la China. En la época en la que se escribieron los primeros Tantras budistas y el Bardo Thodol (El Libro Tibetano de los Muertos), siglos VII-VIII, los maniqueos habían llegado a la China por donde se habían extendido rápidamente, hasta el punto que la emperatriz Wu Zetian (684-705), de la dinastía Zhou, había acogido y admitido oficialmente el maniqueismo en su corte. Por otra parte, el Imperio Uigur que se extendió desde el Turquestán por los territorios de Mongolia, manteniendo frontera con el Tibet por el norte y con la China, abrazó el maniqueismo como religión oficial. La influencia de la cosmología maniquea y su ritual de regeneración del Hombre Nuevo fue inmensa en todo Oriente, influyendo poderosamente en el budismo, de hecho, se llegó a representar a Mani como Buda de Luz.
En aquella época, el budismo era una religión dominante en la India, diversos emperadores habían abrazado el Dharma budista y habían potenciado su desarrollo, sobre todo la corriente Mahayana. De la Mente de Buda emanaban diversos Hijos de Buda o Bodhisattvas, que representaban los atributos y cualidades de dicha mente búdica, como, por ejemplo, el vigor (Vajrapani), la sabiduría (Manjusri) o la compasión (Avalokiteshvara), y el propio "Intelecto de Luz" el Buda Vajradhara, autor y maestro de todos los Tantras. En torno al año 750, cuando el Imperio maniqueo Uigur florece en China, Mongolia y el Norte del Tibet, Padmasambhava escribe el Bardo Thodol, donde describe como en el origen de todos los fenómenos que experimenta el alma tras la muerte se encuentra el "Intelecto Luz", cuya naturaleza es vacuidad y gozo, su nombre es Samantabhadra, el Buda Primordial, cuyo nombre significa el "Padre todo bueno". De él proceden las emanaciones, los cinco Budas apacibles, que representan cada uno de los Elementos y tienen un lugar en el espacio, y Avalokitesvara, Señor que mira hacia abajo por compasión. El mandala del Bardo Thodol termina con las diferentes deidades guardianas de las puertas y sostenedoras del conocimiento. En términos también muy maniqueos se expresa uno de los primeros Tantras del siglo VIII, el Tantra de Guhyasamaja o "La Unión secreta" del Cuerpo, la Palabra y la Mente de todos los Tathagatas.

En conclusión, según nuestra fábula, los antiguos misterios de los sacerdotes egipcios sobre los nombres (mantras), signos (mandalas), guardianes (deidades del mandala) de los reinos más allá de la muerte, habrían viajado con los gnósticos y maniqueos hacia Oriente, después de su práctica desaparición en Occidente, y en el Budismo Mahayana habrían encontrado un terreno abonado para reaparecer en la forma de Tantras, textos esotéricos sobre los lugares, nombres, sellos y guardianes de los espacios mentales que se encuentran en el Bardo o estado intermedio, entre la muerte y un nuevo nacimiento.  

3 comentarios:

  1. Este libro existe actualmente Juan? hay alguna publicación al respecto? ( El Libro del Gran Discurso Iniciático o Los dos Libros de Iaô). Saludetes

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  2. Hola Adolfo, el profesor Francisco García Bazán publicó dos libros con antologías de textos gnósticos, bajo el título La Gnosis Eterna, de la Editorial Trotta. Hay dos volúmenes, el primero termina con el Codex Bruce que incluye los libros de Iaô, y el segundo es la Pistis Sophia donde se imparten enseñanzas sobre el Ritual de Purificación... te paso el link: http://www.trotta.es/pagina.php?cs_id_pagina=13&cs_id_contenido=1600

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  3. Muy preciso y muy bien explicado. Gracias Juan

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