"El “sincretismo”,
entendido en su sentido real, no es más que una simple yuxtaposición de
elementos de procedencias diversas, agrupados “desde fuera”, por así decir, sin
que ningún principio de orden más profundo venga a unificarlos. Es evidente que
un ensamblaje semejante no puede constituir realmente una doctrina, al igual
que un montón de piedras no constituye un edificio; y, si a veces da esta
impresión a quienes lo consideran superficialmente, esta ilusión no podría
resistir a un examen un poco serio. No hay necesidad de ir muy lejos para
encontrar auténticos ejemplos de este sincretismo: las modernas falsificaciones
de la tradición, como el ocultismo y el teosofismo, no son otra cosa en el
fondo; nociones fragmentarias tomadas de diferentes formas tradicionales, y
generalmente mal comprendidas y más o menos deformadas, se encuentran mezcladas
con concepciones pertenecientes a la filosofía y a la ciencia profana. Ocurre
lo mismo con las teorías filosóficas formadas casi exclusivamente de fragmentos
de otras teorías, y aquí el sincretismo toma habitualmente el nombre de
“eclecticismo”; pero este caso es en suma menos grave que el anterior, ya que
no se trata sino de filosofía, es decir, un pensamiento profano que, al menos,
no pretende hacerse pasar por algo distinto a lo que es." (Apreciaciones sobre la iniciación. Capítulo VI "Síntesis y sincretismo", René Guénon).
Guénon (1886-1951) fue un escritor de una gran erudición, que intentó recuperar la tradición en el ámbito de la mística y la religión. Para ello dedicó muchos esfuerzos en denunciar el supuesto "sincretismo", que según él, contaminaba el mundo occidental desde finales del siglo XIX. Acusó a ocultistas, teósofos y rosacruces de abandonar la tradición, para construir con retales nuevas doctrinas. Sin embargo, y pese al pretendido rigor desde el que atacaba a estos movimientos, ignoraba que es precisamente el SINCRETISMO el que siempre ha hecho variar las formas religiosas, místicas y filosóficas, y que nunca ha existido una pretendida tradición. Es más, las formas sincréticas devienen tradicionales cuando pierden su espíritu y vigor, transformándose en cáscaras superficiales vacías de toda eficacia espiritual y capacidad transformadora, y muy a menudo son meras herramientas de control del poder religioso o temporal. Pues las verdaderas formas espirituales evolucionan con la humanidad que no cesa de cambiar y con ella sus creencias y doctrinas. Veamos algunos ejemplos de SINCRETISMO "productivo" en la historia de la Humanidad:
1) Tal vez el SINCRETISMO más escandaloso fue el que se dio en el mundo Helenístico, Alejandría, Antioquía, Roma, donde se crearon nuevas formas de religiosidad, nuevas doctrinas espirituales y filosóficas y se gestaron las ciencias, de las que todavía se nutre la cultura occidental. Hermetismo, Gnosticismo, Maniqueísmo, Alquimia, Astrología, Misterios de todo tipo y de todas las procedencias, se dieron en la época imperial helenística. Desde Alejandría se pusieron las bases de la moderna concepción del mundo y de la ciencia.
2) El Cristianismo nace precisamente del contacto de la filosofía griega con el judaísmo. Toda la revelación evangélica se escribió y transmitió en griego, de ahí las palabras griegas "cristiano" o "evangelio", pues utilizando el griego como medio de difusión llegó a todas partes del Imperio una versión helenizada del judaísmo estoico y sapiencial, que tenía la Sinagoga como medio natural. El Cristianismo es el resultado de un sincretismo griego y judío.
3) El Judaísmo por más puro que pretenda ser desde la época talmúdica, tiene en los distintos libros la huella del sincretismo, por el contacto con otras culturas semíticas de su entorno. La literatura sapiencial, por ejemplo, está llena de préstamos de otras culturas antiguas.
4) Egipto y su compleja religión son fruto del sincretismo religioso de diversas ciudades que trajeron al panteón imperial sus propias divinidades. Lo mismo sucedió en Grecia y Roma, ésta última se limitó a adaptar la cultura helénica con algunos elementos etruscos.
5) La Francmasonería occidental superpone elementos de las principales corrientes místicas de nuestra historia, convirtiéndose en el más claro monumento al sincretismo espiritual que ha existido nunca.
6) Pero Oriente no está exento de sincretismos y asimilaciones de este tipo. Buda fue un filósofo upanishádico que obligó a los brahmanes a reinventar constantemente su religión. Pero el propio Budismo debe mucho al contacto con el Helenismo que perduró en los reinos de Bactriana y Gandhara, donde veremos aparecer las primeras imágenes de Buda, al estilo griego. La religión de Krishna, con el Mahabharata como principal instrumento de propaganda, fue una respuesta a la tremenda expansión del Budismo en los siglos III y II a.C.
7) El Hinduismo se ha transformado tanto por el contacto y debate con otras religiones, sobre todo el Budismo, utilizando una técnica muy común: revisar las doctrinas del oponente y ofrecer una versión propia de las misma. Esto puede verse en el Vedanta advaita, que hace lo propio con la metafísica Madhyamaka. La última gran transformación del Hinduismo vino de la mano de Swami Vivekananda, personaje denigrado por Guénon, que vino a presentar una nueva versión del Hinduismo donde asimilaba algunas doctrinas del Cristianismo con las que encontraba afinidad, y que permitieron dar al Neo-hinduismo de Sw. Vivekananda el alcance universal que todavía tienen.
Por tanto, demos siempre la bienvenida al SINCRETISMO, pues es la prueba de que la Humanidad crea y busca nuevas formas de acercarse a la comprensión del misterio de la existencia. Y huyamos de las formas tradicionales, que solo esconden un intento desesperado y rancio de supervivencia de jerarquías, doctrinas y ritos que ya no son capaces de dar respuestas, ni transmitir algo del verdadero Espíritu que empuja al ser humano hacia su transformación interior.
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