Uno objeto de búsqueda interior podría ser el doble etéreo, ya que aúna muy bien las prácticas espirituales tanto orientales como occidentales. Encontramos referencias al doble etéreo en el yoga de la India, en la medicina tradicional china, en el Budismo tántrico o Vajrayana, en el movimiento teosófico y rosacruz moderno, pero también en el Cristianismo o en la búsqueda de la Palabra perdida de los Francmasones.
El doble etéreo es el nombre que le dieron los primeros teósofos a la estructura vital en el ser humano que permite la unión de la mente (o el alma) y el cuerpo. También lo llamaron cuerpo etérico o cuerpo vital, pues estaba formado por cuatro éteres o energías vitales. Esto era una adaptación de lo que en la India se llamaba "pranamaya kosha" (la envoltura de prana o energía vital). Lo llamaron "doble" porque era una réplica sutil del cuerpo físico, que además se podía "desdoblar", esto es, el doble etéreo se podía separar del cuerpo físico, quedando este último como inerte. El doble etéreo está formado por una serie de plexos o vórtices de diversas clases de energía (los llamados chakras), de los que parten "canales" en dirección a todas las partes del cuerpo, que forman como un "esqueleto" sutil. Hasta aquí algunas ideas de teósofos y rosacruces modernos.
Pero el doble etéreo o pranamaya kosha es una de las nociones clave del yoga y el tantra. En el Budismo Vajrayana se le conoce como "los vientos internos" sobre los que cabalga la mente. En Oriente se distinguen cuatro clases de vientos internos que realizan distintas funciones vitales y que condicionan la existencia de cinco clases de mente. Estos cinco vientos están relacionados con los cinco elementos: Tierra, Agua, Fuego, Aire y Sonido. Estos elementos rigen nuestra vida y generan cinco clases de mentes primarias.
1) El elemento Tierra permite la preservación de la especie, nos une con la tierra y rige la estructura ósea y las partes duras del cuerpo, a la vez que genera la mente que nos empuja a la lucha por la subsistencia y a satisfacer nuestras necesidades primarias.
2) El elemento Agua es un viento más sutil, rige la mente emocional más básica, instintos, pasiones, a la vez que regula las funciones reproductora y excretora.
3) El elemento Fuego es el viento interno que rige el calor corporal, permite la acción, la vitalidad y la digestión, a la vez que genera la ira y la mente más egocéntrica. Su ubicación en el cuerpo coincide con el plexo solar, el hígado y la vesícula son sus principales órganos.
4) El elemento Aire es el viento interno que rige nuestra vida de sentimientos, a la vez que regula la respiración.
5) El elemento Sonido se ubica en la laringe, es el viento que nos anima a hablar y a pensar de forma discursiva. Gran parte de nuestro desorden mental se debe a la sobre-excitación de este viento interno y del chakra de la laringe, allí se concentra demasiada energía y nos mantiene estresados, hiper-activos mentalmente, con una gran ansiedad, etc.
Estos vientos se concentran en los chakras o ruedas de energía, pero se propagan por todo el cuerpo a través de una red de canales que parten de los propios chakras. El verdadero yogui trabaja sobre el doble etéreo, por eso el hatha-yoga combina posturas de extensión corporal con diversas formas de respiración y de retención del aire. ¿Qué se logra con estas prácticas yóguicas? Pues, básicamente, tomar conciencia del doble etéreo, conocer y controlar las energías que son el soporte de nuestra mente. Por eso, el yogui controla, pacifica y purifica su mente a partir del trabajo sobre el doble etéreo, y como estas energías rigen las funciones vitales que condicionan nuestra salud, la práctica espiritual sobre el cuerpo etéreo es también muy saludable y vitalizadora.
Todo esto no nos debería sonar tan extraño. En nuestra cultura se conoce este "viento interno" con el nombre de "espíritu", procede de la palabra latina "spiritus", que traduce la palabra griega "pneuma", y que significa "aliento, aire, viento", el origen de los "(p)neumáticos" del coche. Y de este espíritu surge el "logos", la Palabra. ¿Os suena: "En el principio estaba la Palabra..." (Ev. Juan 1: 1)?
El doble etéreo es el nombre que le dieron los primeros teósofos a la estructura vital en el ser humano que permite la unión de la mente (o el alma) y el cuerpo. También lo llamaron cuerpo etérico o cuerpo vital, pues estaba formado por cuatro éteres o energías vitales. Esto era una adaptación de lo que en la India se llamaba "pranamaya kosha" (la envoltura de prana o energía vital). Lo llamaron "doble" porque era una réplica sutil del cuerpo físico, que además se podía "desdoblar", esto es, el doble etéreo se podía separar del cuerpo físico, quedando este último como inerte. El doble etéreo está formado por una serie de plexos o vórtices de diversas clases de energía (los llamados chakras), de los que parten "canales" en dirección a todas las partes del cuerpo, que forman como un "esqueleto" sutil. Hasta aquí algunas ideas de teósofos y rosacruces modernos.
Pero el doble etéreo o pranamaya kosha es una de las nociones clave del yoga y el tantra. En el Budismo Vajrayana se le conoce como "los vientos internos" sobre los que cabalga la mente. En Oriente se distinguen cuatro clases de vientos internos que realizan distintas funciones vitales y que condicionan la existencia de cinco clases de mente. Estos cinco vientos están relacionados con los cinco elementos: Tierra, Agua, Fuego, Aire y Sonido. Estos elementos rigen nuestra vida y generan cinco clases de mentes primarias.
1) El elemento Tierra permite la preservación de la especie, nos une con la tierra y rige la estructura ósea y las partes duras del cuerpo, a la vez que genera la mente que nos empuja a la lucha por la subsistencia y a satisfacer nuestras necesidades primarias.
2) El elemento Agua es un viento más sutil, rige la mente emocional más básica, instintos, pasiones, a la vez que regula las funciones reproductora y excretora.
3) El elemento Fuego es el viento interno que rige el calor corporal, permite la acción, la vitalidad y la digestión, a la vez que genera la ira y la mente más egocéntrica. Su ubicación en el cuerpo coincide con el plexo solar, el hígado y la vesícula son sus principales órganos.
4) El elemento Aire es el viento interno que rige nuestra vida de sentimientos, a la vez que regula la respiración.
5) El elemento Sonido se ubica en la laringe, es el viento que nos anima a hablar y a pensar de forma discursiva. Gran parte de nuestro desorden mental se debe a la sobre-excitación de este viento interno y del chakra de la laringe, allí se concentra demasiada energía y nos mantiene estresados, hiper-activos mentalmente, con una gran ansiedad, etc.
Estos vientos se concentran en los chakras o ruedas de energía, pero se propagan por todo el cuerpo a través de una red de canales que parten de los propios chakras. El verdadero yogui trabaja sobre el doble etéreo, por eso el hatha-yoga combina posturas de extensión corporal con diversas formas de respiración y de retención del aire. ¿Qué se logra con estas prácticas yóguicas? Pues, básicamente, tomar conciencia del doble etéreo, conocer y controlar las energías que son el soporte de nuestra mente. Por eso, el yogui controla, pacifica y purifica su mente a partir del trabajo sobre el doble etéreo, y como estas energías rigen las funciones vitales que condicionan nuestra salud, la práctica espiritual sobre el cuerpo etéreo es también muy saludable y vitalizadora.
Todo esto no nos debería sonar tan extraño. En nuestra cultura se conoce este "viento interno" con el nombre de "espíritu", procede de la palabra latina "spiritus", que traduce la palabra griega "pneuma", y que significa "aliento, aire, viento", el origen de los "(p)neumáticos" del coche. Y de este espíritu surge el "logos", la Palabra. ¿Os suena: "En el principio estaba la Palabra..." (Ev. Juan 1: 1)?
Muy interesante....el elemento sonido.
ResponderEliminarEl elemento sonido se llama en realidad "akasha" o "éter". Es el espacio vacío en el que se generan los sonidos. Es una sustancia que se mueve generando ondas sonaras. El mantra "OM", tiene en realidad tres letras, pues la O es un diptongo: "AUM", estas tres letras contienen todos los sonidos que el ser humano puede articular, que son los que conserva el alfabeto devanagari (la morada de los dioses) que utiliza el Sánscrito o el Hindi moderno. Tras la pronunciación del OM, se generaron todos los sonidos y de los sonidos los vientos y de los vientos las formas que vemos...
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