Cinco son las Sabidurías o Jñanas de los cinco Dhyani-Budas. Son cinco Gnosis o una Quíntiple Gnosis que se revela en el momento de la disolución de la conciencia, esto es, en el momento de la muerte, según la obra tibetana el Bardo Thodol. Cinco días tras la muerte efectiva sueña el alma del difunto con la aparición de cinco luces que representan las Cinco Gnosis y nos muestran la disolución de los factores composicionales de nuestra conciencia, los cinco factores o agregados que nos permiten construir el mundo tal como lo conocemos. Llegado el momento de la muerte, los vientos internos y las mentes que los cabalgan se disuelven y nos muestran extrañas visiones kármicas, que decidirán nuestras próximas existencias en otros mundos y otras mentes:
1. La Gnosis del Espacio del Dharma o de la Vacuidad, relacionada con el elemento éter, se revela como el Buda Vairochana. Muestra la insustancialidad de los fenómenos, que hemos considerado a lo largo de la vida como reales, como sustancialmente existentes. El Maestro Vairochana hace el mudra de la Sabiduría del Dharma, porque nos muestra la impermanencia de las cosas. Si no hemos aprendido en vida a reconocer la impermanencia e insustancialidad de los fenómenos, moriremos contaminados con el veneno de la ignorancia y nuestro karma nos obligará a volver a nacer, hasta que reconozcamos esta insustancialidad del yo y del mundo. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Vairochana el viento que sustenta la vida (prana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la forma y el difunto ve el mundo como un espejismo.
2. La Gnosis semejante al Espejo, relacionada con el elemento agua, se revela como el Buda Akshobhya, que muestra el mudra del testimonio. Produce la calma y la paz de la contemplación serena y desapasionada de todos los Budas, la mirada compasiva de los que no han sido engañados por la apariencia de los fenómenos y miran con amor y compasión a todos los seres vivos y se regocijan con su felicidad. Si no hemos desarrollado esta gnosis de forma espontánea, la cólera nos arrastrará hacia las luces ahumadas y tenues de donde brota el odio y la ira. El elemento del Buda Askhobhya es el agua clara y azulada, como un cielo despejado de una mente limpia, pura y serena. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Akshobhya el viento descendente evacuador (apana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la auto-conciencia del yo, y el difunto ve el mundo como lleno de vapores y humos.
3. La Gnosis de la Identidad Universal, relacionada con el elemento tierra, se revela como el Buda Ratnasambhava, que hace el mudra de la generosidad. La luz amarilla de este gran Buda destruye la ilusión humana, su egoismo y orgullo, la humildad y la generosidad son sus antídotos. La gnosis de la Identidad Universal muestra a los seres el camino de la igualdad y la generosidad, es la Sabiduría de la Ecuanimidad, reconoce la abundancia ilimitada del universo y del mundo, la asuencia de límites fijos en todo ser o situación. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Ratnasambhava el viento que lo impregna todo (vyana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la sensación, y el difunto ve como lucecitas de luciérnagas en las oscuras brumas de su mente.
4. La Gnosis del Discernimiento, relacionada con el elemento fuego, se revela como el Buda Amithaba, el Buda rojo como el sol del atardecer cuando llega el ocaso, que ilumina nuestra concepción de la singularidad de cada situación o fenómeno, que es el resultado de condiciones irrepetibles, manteniendo nuestro interés apreciativo hacia cada manifestación de la riqueza de la vida, lo que nos permite amar a todo y a todos de forma incondicional. El Buda Amithaba representa la respuesta emocional positiva y activa del amor incondicional, es rojo porque muestra la energía concentrada de la meditación, por ello el Buda hace el mudra de la concentración sostenida. Representa la absorción meditativa, la Perfección en la Meditación. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Amithaba el viento que permanece por igual (samana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la percepción y el difunto ve como una llama de una vela.
5. La Gnosis del Cumplimiento o del Logro Completo, se relaciona con el elemento aire, es revelada por el Gran Buda Amoghasiddhi procedente de la Tierra Pura del Norte, que hace el mudra de la protección. Su color es el verde del anochecer y su familia del karma o de la acción, pues de él depende la consecución de las acciones, de la acción verdadera, la que se ajusta a las otras cuatro Gnosis. Amoghasiddhi nos protege y purifica nuestras acciones, depura nuestras intenciones y los efectos de nuestros actos. Cuando él aparece se abre el pozo de la envidia y del miedo, que son los venenos que esta Gnosis elimina. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Amoghasiddhi el viento ascendente movedor (udana-vayu) se introduce en el canal central, es el viento que permite la palabra, por ello, en este momento desaparece todo logos y el difunto no ve nada, surge la mente negra cercana al logro de la Luz Clara de todos los Budas, destruye el agregado de la predisposición psíquica (intenciones o voluntad), la mente se disuelve por completo.
El que toma refugio en los Cinco Dhyani-Budas, medita en Ellos y en sus cinco Gnosis, podrá triunfar en el segundo Bardo, el chonyid-bardo o el estado intermedio de la experiencia de la realidad, el sueño kármico que precede al renacimiento.
1. La Gnosis del Espacio del Dharma o de la Vacuidad, relacionada con el elemento éter, se revela como el Buda Vairochana. Muestra la insustancialidad de los fenómenos, que hemos considerado a lo largo de la vida como reales, como sustancialmente existentes. El Maestro Vairochana hace el mudra de la Sabiduría del Dharma, porque nos muestra la impermanencia de las cosas. Si no hemos aprendido en vida a reconocer la impermanencia e insustancialidad de los fenómenos, moriremos contaminados con el veneno de la ignorancia y nuestro karma nos obligará a volver a nacer, hasta que reconozcamos esta insustancialidad del yo y del mundo. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Vairochana el viento que sustenta la vida (prana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la forma y el difunto ve el mundo como un espejismo.
2. La Gnosis semejante al Espejo, relacionada con el elemento agua, se revela como el Buda Akshobhya, que muestra el mudra del testimonio. Produce la calma y la paz de la contemplación serena y desapasionada de todos los Budas, la mirada compasiva de los que no han sido engañados por la apariencia de los fenómenos y miran con amor y compasión a todos los seres vivos y se regocijan con su felicidad. Si no hemos desarrollado esta gnosis de forma espontánea, la cólera nos arrastrará hacia las luces ahumadas y tenues de donde brota el odio y la ira. El elemento del Buda Askhobhya es el agua clara y azulada, como un cielo despejado de una mente limpia, pura y serena. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Akshobhya el viento descendente evacuador (apana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la auto-conciencia del yo, y el difunto ve el mundo como lleno de vapores y humos.
3. La Gnosis de la Identidad Universal, relacionada con el elemento tierra, se revela como el Buda Ratnasambhava, que hace el mudra de la generosidad. La luz amarilla de este gran Buda destruye la ilusión humana, su egoismo y orgullo, la humildad y la generosidad son sus antídotos. La gnosis de la Identidad Universal muestra a los seres el camino de la igualdad y la generosidad, es la Sabiduría de la Ecuanimidad, reconoce la abundancia ilimitada del universo y del mundo, la asuencia de límites fijos en todo ser o situación. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Ratnasambhava el viento que lo impregna todo (vyana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la sensación, y el difunto ve como lucecitas de luciérnagas en las oscuras brumas de su mente.
4. La Gnosis del Discernimiento, relacionada con el elemento fuego, se revela como el Buda Amithaba, el Buda rojo como el sol del atardecer cuando llega el ocaso, que ilumina nuestra concepción de la singularidad de cada situación o fenómeno, que es el resultado de condiciones irrepetibles, manteniendo nuestro interés apreciativo hacia cada manifestación de la riqueza de la vida, lo que nos permite amar a todo y a todos de forma incondicional. El Buda Amithaba representa la respuesta emocional positiva y activa del amor incondicional, es rojo porque muestra la energía concentrada de la meditación, por ello el Buda hace el mudra de la concentración sostenida. Representa la absorción meditativa, la Perfección en la Meditación. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Amithaba el viento que permanece por igual (samana-vayu) se introduce en el canal central, destruyendo el agregado de la percepción y el difunto ve como una llama de una vela.
5. La Gnosis del Cumplimiento o del Logro Completo, se relaciona con el elemento aire, es revelada por el Gran Buda Amoghasiddhi procedente de la Tierra Pura del Norte, que hace el mudra de la protección. Su color es el verde del anochecer y su familia del karma o de la acción, pues de él depende la consecución de las acciones, de la acción verdadera, la que se ajusta a las otras cuatro Gnosis. Amoghasiddhi nos protege y purifica nuestras acciones, depura nuestras intenciones y los efectos de nuestros actos. Cuando él aparece se abre el pozo de la envidia y del miedo, que son los venenos que esta Gnosis elimina. Cuando tiene lugar la revelación del Buda Amoghasiddhi el viento ascendente movedor (udana-vayu) se introduce en el canal central, es el viento que permite la palabra, por ello, en este momento desaparece todo logos y el difunto no ve nada, surge la mente negra cercana al logro de la Luz Clara de todos los Budas, destruye el agregado de la predisposición psíquica (intenciones o voluntad), la mente se disuelve por completo.
El que toma refugio en los Cinco Dhyani-Budas, medita en Ellos y en sus cinco Gnosis, podrá triunfar en el segundo Bardo, el chonyid-bardo o el estado intermedio de la experiencia de la realidad, el sueño kármico que precede al renacimiento.
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